Frío polar, casa congelada… ¿te suena? Arrancó el invierno de verdad y el termómetro no tiene piedad. Según el Servicio Meteorológico Nacional, en los próximos días vamos a ver temperaturas bajo cero, lo que no solo nos obliga a sacar el abrigo del fondo del placard, sino también a revisar si nuestras casas están realmente listas para bancarse el clima extremo.
Y acá viene la parte clave: muchas viviendas no están preparadas para retener el calor. ¿El resultado? Ambientes helados, muros fríos al tacto y ventanas llenas de condensación.
¿Dónde se nos escapa el calor?
- Techos y paredes sin aislamiento son los grandes culpables.
- Las ventanas y puertas pueden representar entre un 15% y 20% de pérdida de energía.
- Y el piso, que a veces no lo registramos tanto, ¡se lleva otro 10%! Esto último es especialmente importante si tenés chicos, ya que es una superficie cercana al cuerpo y donde más juegan o se tiran.

“Es muy importante proteger la casa del ingreso del frío exterior y a su vez cuidar la energía que utilizamos para climatizarla, para garantizar un ambiente cálido y confortable”, comenta Federico García Zuñiga, consultor técnico de Andima, Asociación Nacional de Industrias de Materiales Aislantes.
“Es necesario examinar cuidadosamente techos, muros y pisos y garantizar un aislamiento térmico eficiente para poder ganarle a las bajas temperaturas”, agrega el experto.
Entonces, ¿qué hacemos? La solución está en la aislación térmica. Si sentís que tu casa es un freezer, lo más efectivo es invertir en materiales que ayuden a conservar el calor. ¿Cuáles son los aliados top?
- Lana de vidrio
- Poliestireno expandido
- Poliuretano
Todos estos materiales ayudan a mantener la temperatura interior, haciendo que el calor no se escape y que tu casa sea mucho más cómoda.

¿Vale la pena invertir en aislación térmica? Totalmente. No solo vas a sentir más confort, sino que también:
- Vas a gastar menos en calefacción
- Vas a cuidar tu salud
- Vas a ahorrar plata mes a mes
De hecho, una buena aislación puede reducir hasta un 35% el consumo total de energía y generar ahorros de hasta un 70% en las facturas de luz y gas.

Si este invierno querés que tu casa sea un abrigo más (además del que llevás puesto), es hora de revisar techos, muros y ventanas, sumar aislación y decirle chau al frío sin tener que subir la estufa al máximo. Porque sí: el confort empieza por las paredes.

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