“Quiero que mi casa esté abierta al sol y al viento y a la voz del mar, como un templo griego, y luz, luz por todas partes…”
La frase del escritor Axel Munthe sobre su hogar en la isla de Capri, resuena en el departamento de Rosario Pozo Gowland, abogada que desde hace cinco años transformó su hobby de leer y su vocación de “recomendadora de libros” en el punto de partida de DECIME UN LIBRO, un multiverso de club de lectura, comunidad, talleres, cuenta en Instagram y productos basado en su pasión por los libros y el conocimiento.

“… Mi casa no está abierta a la voz del mar, pero hay viento también, y hay luz, luz, luz por todos lados. Esa es mi casa”, remata su paralelismo personal entre el lugar del autor de “La historia de San Michele”, en el golfo de Nápoles, con el suyo, en el límite entre Palermo y Colegiales.
Un departamento con salida al cielo y al sol

Son 40 metros cuadrados cubiertos más 17 metros cuadrados descubiertos de terraza, en el último piso del edificio. Son suyos. “Lo compré en abril del 2021 y me mudé en junio de ese mismo año, después de una pequeña refacción. Lo elegí por la luz y el sol que tiene durante los 365 días del año. Me gusta vivir entre los 28 y los 15 grados. Siempre con cielo azul y el sol”.
Del exterior con vista al cielo del barrio hacia adentro, en el acceso al living, es su espacio favorito para hacer lo que más le gusta: leer.

Rosario Pozo Gowland nació en Buenos Aires, hace 41 años, y desde hace algunos años vive su vida entre Buenos Aires y Río Janeiro. “Soy carioca por adopción”, cuenta la anfitriona de para ti depto #14.
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A su depto lo descubrimos en pequeños detalles y ajustados rincones, a través de sus reels en Instagram (@decimeunlibro). Y bastaba verlo en spots de 1080 x 1920 para saber que alrededor del plano de la chica que habla de libros había más… Más cosas lindas.
“Las cosas bellas me estimulan mucho y es algo que busco constantemente”, expresa Rosario Pozo Gowland, también aficionada a la moda, más recientemente al golf y siempre a hacer amistades y a las conversaciones interesantes.

Al mismo tiempo, confiesa que es muy introspectiva. Y a esos momentos de silencio y ocio individual los encuentra precisamente en este lugar -su hogar de “luz, intimidad y refugio”, lo resume en tres palabras- mirando al cielo, iluminado.
“Priorizo la luz y el sol antes que más metros -ratifica- A mí eso me da espacio”.
Tres colores para combinar, relajar y estimular

“Lo primero que hice para sentirlo mío fue elegir los colores de cada ambiente” afirma la fundadora de la comunidad de lectura DECIME UN LIBRO.
Sin embargo, en su mesa de luz no tiene un clásico de la literatura sino un libro casi sin palabras y con letras en japonés titulado “A Dictionary Of Color Combinations”, el mítico libro sobre el estudio del color del artista japonés Sanzo Wada.
Rosario cuenta que se tomó varias semanas para reflexionar y pensar alrededor de cómo y qué colores y combinaciones quería que tuviera su casa.
“Me encantan los colores, soy una persona muy colorida, y desde hace varios años los colores determinan bastante mi estado de ánimo”. Y, otra vez, el curioso caso de la búsqueda de la belleza, en todas partes.
“Los colores me conectan, me generan una sensibilidad visual… como las cosas lindas, y personalmente necesito el estímulo visual constantemente. Así que lo primero que hice para sentirlo mío fue pensar los colores”.
Son tres colores -verde, rosa, celeste- en diferentes y equilibradas tonalidades que se repiten y combinan en los ambientes, más un cuarto/quinto color -el naranja con cierto toque mostaza- que armoniza y contrasta.

Rosario recuerda que nadie más que ella sabía e imaginaba lo que iba a suceder con su propia interpretación del diccionario de combinaciones de colores.
“El celeste me generaba una tranquilidad y una paz que yo necesitaba para dormir, el rosa me estimulaba… Hice miles de pruebas de pinturas, y cuando finalmente pintaron, apenas abrí la puerta, dije: -Si, era por acá, era por acá… Ahí sentí que era acá”.
El depto de las luces de Rosario Pozo Gowland




La experiencia de “casa en colores” es una de las señas particulares del departamento de Rosario Pozo Gowland.
Otro elemento inconfundiblemente propio es la biblioteca y todos sus libros. Son 860 libros aproximadamente (cálculo que surgió espontáneamente durante la producción).
Y hay uno más: la luz y todas las luces. No solo la luz natural que -ya lo contamos- fue clave para la elección del depto sino las luces y luminarias y cómo éstas iluminan el departamento.
“Me gustan mucho las lámparas, y todas las luces -sobre todo las de techo- están dimerizadas: las del living, el pasillo, el cuarto, el baño… ¡Todas! Para mí es fundamental el dimmer porque va seteando el mood de cómo estoy yo… si quiero más o menos luz”.

Es una cuestión de ánimo y de regular la intensidad de las luces del departamento que en su recorrido propone varias llamadas de atención.
El departamento de novela de Rosario Pozo Gowland

Hablemos de tres “capítulos deco” del depto de Rosario como si fueran títulos de novelas, para honrar la actividad en la que esta anfitriona de para ti DEPTO #14 la rompe.
“La silla naranja”. Una silla de escritorio personalizada de diseño en plan “Frankenstein” o moderno Eames con sistema de cuerdas sobre estructura de aluminio tan práctica y funcional como única y cancherísima.
“Alter ego: autobiografía de mi doble vida”. Un cuadro retrato de una mujer estilo popart -de colores intensos y altos contrastes- que sigue a Rosario a todas partes, en todos sus deptos -desde hace más de 15 años- y que apenas le preguntamos de quién se trata, no duda en decir que es ella.

“Mi hermano dice que es mi alter ego morocha, y me gusta esa idea. Me representa en muchísimas cosas que a veces no tienen tanto sentido para el afuera, pero para mí sí”. Punto.
“Jardines de menta”. La imagen (serena) de una cama suspendida (calma) en el medio una vegetación verde (fantasía) publicada en la cuenta en Instagram de 2LG Studio con sede en Londres fue la referencia clave para el diseño de su dormitorio.
Alerta spoiler: la cama es la reina del cuarto.


“Hay una amiga que me dijo que mi cama parecía un trono, y me gusta ese concepto”, expresa Rosario, que asegura no saber de terminologías sobre estilos de decoración, pero definitivamente ella sabe cómo decorar su casa con estilo.
“Creo que es minimalista: lo que hay, lo uso, y son cosas que me gustan mucho. Es bastante ecléctico y también muy práctico, y refleja fielmente quién soy y mi estilo personal. Yo llego a mi casa y siento que habla mucho de mí. El departamento es un lugar que lo siento muy parte mío. Mi casa soy yo”.
Rosario Pozo Gowland: “Mi casa soy yo”


El final del párrafo anterior es el comienzo de esta parte del depto tour de Rosario Pozo Gowland que se mudó de casa en una mudanza que significó un símbolo y expresión de un gran cambio personal y profesional en su vida.
“Tiene absolutamente todo que ver con ese cambio de 180 grados que dio mi vida por el año 2020 -asegura- Fue un departamento en el que volví a vivir sola después de haber estado tres años viviendo en pareja. Así que cada detalle de este departamento habla absolutamente de mí”.
Y su primer gesto 100 % YO fue bastante más contundente que un detalle: Rosario tiró la pared de la cocina para abrirla íntegramente al comedor y al living.
“Antes, la cocina estaba separada… Me quedó una foto… Pero no tenía ningún sentido que tuviera una pared. Yo quería unir, tener un ambiente grande, y eso lo planifiqué. Fue el gran cambio que hice, porque el resto fueron cambios más estéticos”.

Estéticos y funcionales a su vida y actividad -como la biblioteca + escritorio + espacio de guardado oculto a medida, la cama y la mesa del comedor- y siempre con “algo” estimulante (aesthetic) desde lo visual.
La historia de las cosas bellas de Rosario Pozo Gowland

Todo comenzó con “La historia de San Michele” de Axel Munthe. Y termina con “La terrible historia de las cosas bellas” de Katy Kelleher.
“Es un libro de ensayos que dice que la experiencia estética inspira asombro, y que un encuentro con un objeto hermoso puede llegar a cambiar tu forma de pensar y tu manera de moverte en el mundo”, cuenta entusiasmada, como si contara uno de los libros de su club de lectura.
“De alguna manera, el asombro te conecta con la materia del universo que a veces puede estar ahí, medio enmarañada, sobre todo si sos una persona muy mental. Las cosas lindas y que te gustan te generan un ancla con el presente y te ayudan a volver al cuerpo, al tacto, a algo tuyo al que no accedés tan fácilmente. Para mí las cosas bellas son muchas veces necesarias”, concluye Rosario.

Habla de los objetos a su alrededor -la virgen roja, el retrato de Marguerite Duras, la fotografía encuadrada de Paul Newman leyendo y la colección espontánea de latitas- y también de un aroma, una sensación, un color, una textura, y también habla de la luz, otra vez, como al principio, de la luz y de la belleza.
“Este libro (La terrible historia… “de algunas de las cosas que más felices nos hacen”) también dice que la luz es quizás el primer componente de la belleza. Para mí yo elegí este departamento porque tiene ese componente que me que me conecta con eso tan originario de lo que yo considero bello, que es sumamente personal y subjetivo. La belleza está en tu cabeza, y esas cosas bellas no solo me estimulan sino que me dan un refugio, un anclaje, algo presente”.

Producción y Texto: Juan Martín Cutro. Fotos: Christian Beliera. Diseño de Tapa Digital y retoque: Darío Alvarellos.



















