Una dato alarmante para analizar en profundidad, sobre todo hoy, viernes 2 de junio, día Día Internacional de Acción por los Trastornos Alimentarios, jornada en la que todas las clínicas, profesionales, familiares y pacientes que conocen los trastornos alimentarios, unen sus fuerzas para dar visibilidad a esta enfermedad.
Los trastornos alimentarios o TCA son alteraciones de la conducta alimentaria que tienen que ver con cuestiones emocionales. Por lo general, se empiezan a desarrollar a partir de una dieta, una restricción.
Cabe aclarar que no todas las personas que empiezan una dieta desarrollan un trastorno alimentario: esta enfermedad es de origen neuro psicológico y se puede desencadenar por muchos factores.
"En un trastorno alimentario se ve el síntoma, es decir, la conducta que la persona tiene con respecto a los alimentos, que no es sana", indica Agustina Murcho, Licenciada en Nutrición especialista en trastornos alimentarios.
Lo que está por debajo, son el o los múltiples factores que lo provocan y hacen a la persona más propensa a padecerlo:
-traumas no resueltos,
-problemas para relacionarse,
-dificultad para resolver problemas,
-puede haber habido abusos,
-conflictos familiares,
-bullying,
-baja autoestima
-también puede haber un desorden neurobiológico.
Es importante señalar que no existen solo la anorexia y la bulimia. Hay muchísimos trastornos alimentarios y todos son peligrosos, por lo tanto deben tratarse sí o sí de manera interdisciplinaria y cuanto antes, mejor.
-Cuando los niños o adolescentes ponen excusas para no comer o dicen que ya comieron en otro lado fuera de casa.
-Si comen y van al baño, de manera recurrente.
-Si hay distorsión de la imagen corporal y dice todo el tiempo que está gordo/a y no es así.
-Si se pasan muchas horas en el gimnasio.
-Si empieza a dejar de comer o a restringir ciertos alimentos.
-Frente a estas actitudes, debemos sentarnos a charlar sin confrontar, ofrecer un espacio de diálogo sin forzar y evitar hacer referencias al cuerpo o al peso, señala la Lic. Murcho.
"Si bien es muy difícil poder registrar todo lo que hacen los hijos en las redes sociales, hay que tratar de hablar y de evitar comentarios relacionados al cuerpo del otro. Darle confianza a los hijos para hablar si sienten algún problema con ellos mismos, con su autoestima, no hablar de hacer dietas, no hablar de peso. Esto es lo que se puede hacer, educar desde la casa".
Agradecimientos: Agustina Murcho, Licenciada en Nutrición especialista en trastornos alimentarios (M.N. 7888 / M.P. 3196) - @nutricion.ag