Las estadísticas muestran que la gente se muere más en los días cercanos a Navidad y Año Nuevo, sobre todo por causas cardiacas. Un gran estudio realizado en Suecia mostró que los infartos aumentan un 37% en la Nochebuena, especialmente en personas con enfermedad cardiovascular previa, con diabetes o de edad avanzada.
¿Pero, por qué pasa esto? Si lo pensamos, tiene sentido: esta época conlleva un cóctel bastante explosivo para las arterias.
Factores emocionales y de estrés
• Estrés: Los preparativos de las fiestas pueden ser muy estresantes. A esto, le podemos sumar que muchas reuniones terminan con discusiones, llantos, enojos y hasta violencia física.
• Ansiedad y depresión: No todos viven esa época con alegría. De hecho, las fiestas son grandes generadoras de ansiedad, tristeza e incluso síntomas depresivos.
Excesos de comida, alcohol y sustancias
• Excesos de comida no saludable: La comida suele ser el centro de atención, y se suelen consumir grandes cantidades de alimentos muy ricos en grasas saturadas, sal y azúcar.
• Abuso de drogas, tabaco y alcohol: Las fiestas son momentos en los que el consumo de sustancias se dispara. Además de los efectos negativos propios de estas sustancias para el aparato cardiovascular, estas predisponen a accidentes de tránsito, y episodios de violencia callejera y doméstica.
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El “jet lag” social y el impacto en el corazón
• “Jet lag” social: La época de fin de año se suele llenar de eventos que alteran nuestra rutina de sueño. Esto genera el llamado “jet lag social”, que es un desfasaje de los ritmos circadianos similar al causado cuando se atraviesan varios husos horarios en avión. La deprivación de sueño altera el metabolismo y la salud cardiovascular.
A todo esto se le suma que, en esta época, las personas suelen “aflojar” con el control de muchas cosas, lo cual lamentablemente incluye una menor adherencia a la medicación. Además, se tarda más en consultar a emergencias ya que no se desea “arruinar” las fiestas, lo cual lleva a que se atiendan más tardíamente cuadros como infartos o accidentes cerebrovasculares, en los que la atención temprana cambia muchísimo el pronóstico.
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Cómo reducir el riesgo cardiovascular en estas fechas
1. Disfrutar de la comida y bebida sin romperse.
Existe una gran presión social para “soltar el control” en esta época, aprovechada y también activamente promovida por la industria alimentaria y de las bebidas alcohólicas. ¡No caigas en la trampa! Se puede pasarla bien y disfrutar, sin llegar a sentirse mal.
2. Dar lugar a emociones “negativas” como la tristeza y la nostalgia, si es que aparecen.
¡A veces son necesarias! No te sientas presionado/a para estar feliz. Cada uno vive estas fechas según su propia historia y sensaciones, y esa diversidad de emociones está perfecto.
3. No engancharse con comentarios agresivos, provocaciones o discusiones inútiles.
En esta época nos reunimos con gente diversa y que no vemos hace mucho. Aunque sean familiares, pueden ser personas casi desconocidas. A veces es mejor respirar hondo y dejar pasar cosas de gente que igualmente vemos, como mucho, una vez al año.
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Síntomas de alarma que requieren atención inmediata
4. No demorar la consulta ante síntomas de alarma.
Los principales son:
- Dolor persistente en el pecho o en la boca del estómago.
- Falta de aire súbita.
- Pérdida de conocimiento.
- Dificultad en el habla, en la vista, o para mover alguna parte del cuerpo.
Si experimentás alguno de estos síntomas, debés concurrir a una guardia o llamar al servicio de emergencias, sin demora. Sí, aunque sea la noche del 24 o del 31. Siempre hay personal de salud de guardia para atender una emergencia.
Vivamos las fiestas respetando la diversidad de emociones y disfrutando sin dejar de cuidar nuestra salud, y la de las personas que nos rodean. Así, serán una verdadera fiesta, y no un motivo para estresarnos, sentirnos mal… ¡o terminar en el hospital!
Por el Dr. Ariel Kraselnik, cardiólogo (MN nacional 149.924 / MN provincial 26.170), especialista en prevención, nutrición y medicina del estilo de vida
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