Con estilo relajado pero lleno de sofisticación, Carolina de Mónaco y su hija Charlotte Casiraghi fueron las protagonistas del Longines Global Champions Tour en Montecarlo. Vestidos fluidos, estampas boho y toques de alta costura definieron sus looks coordinados, que ya son inspiración para el verano europeo.
El binomio real más fashionista del verano

Cada aparición pública de Carolina de Mónaco y Charlotte Casiraghi es una clase magistral de estilo. Pero en esta oportunidad, madre e hija lograron algo más: capturar el espíritu del verano europeo con looks coordinados, etéreos y sofisticados, sin caer en excesos ni sobrecargas.

El escenario fue el Longines Global Champions Tour, el prestigioso certamen de salto ecuestre que cada año se celebra en Montecarlo. La cita es ineludible para la realeza monegasca y una plataforma de elegancia y distinción. Allí, Carolina y Charlotte se destacaron con sus elecciones de moda, que dialogan entre lo bohemio, lo romántico y el lujo silencioso.

Carolina de Mónaco: la elegancia serena

La princesa Carolina volvió a confirmar su estatus como ícono de estilo atemporal con un vestido largo de la firma Saloni, en un tono magenta profundo con mangas abullonadas, escote en V y un sutil fruncido en la cintura. El diseño, liviano y etéreo, remite al espíritu boho chic pero con una impronta de alta clase.

Para completar el look, sumó sandalias de plataforma color naranja (un detalle de tendencia) y aros colgantes que aportaban movimiento. Llevó el pelo suelto con ese aire effortless pero sofisticado que solo ella logra transmitir.
Charlotte Casiraghi: el romanticismo según Chanel

Por su parte, Charlotte Casiraghi volvió a apostar por Chanel, la maison de la cual es embajadora. Su elección fue un vestido largo de gasa con volados, mangas transparentes y un estampado floral multicolor que, lejos de ser invernal como algunos medios apuntaron, dialoga con el romanticismo onírico que la marca defiende.

El toque que moderniza el outfit: zapatos con taco cuadrado y pulsera al tobillo. El pelo recogido le aporta el toque chic al look.

El nuevo lenguaje de la realeza
Aunque ambas mantienen códigos clásicos, sus estilismos evidencian una redefinición contemporánea del estilo royal. Lejos del protocolo estricto, Carolina y Charlotte muestran que se puede vestir con historia, elegancia y libertad. En sus elecciones se cruzan tres mundos: el linaje de Grace Kelly, la bohemia moderna y la alta costura francesa.

Y es precisamente ese cruce el que las convierte en referentes: representan una realeza que no solo honra el legado, sino que se anima a reinterpretarlo. Madre e hija brillaron en Mónaco, no solo por lo que visten, sino por la forma en que lo hacen: con gracia, estilo y una complicidad que atraviesa generaciones.
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