Cada temporada hay un vestido que se repite, se fotografía, aparece en más de una red carpet y termina marcando tendencia. Esta vez, el protagonista es un diseño drapeado de línea larga y fluida, con un escote en forma de joya donde destaca una herradura metálica como pieza central. Un recurso que funciona como amuleto, símbolo clásico de buena fortuna, pero también como sello estético que le da identidad propia al look.
Este tipo de vestido se caracteriza por su caída sin rigidez, suavidad visual y un efecto “diosa moderna” que estiliza y acompaña el movimiento. La herradura integrada cumple el rol de accesorio protagonista, lo que permite prescindir de collares o piezas de gran tamaño y dejar que el escote sea la estrella.
Mismo diseño, dos famosas, dos lecturas distintas
Que el mismo vestido haya aparecido en dos noches fuertes habla de tendencia instalada. Moria Casán lo usó en la gala Personajes del Año GENTE 2025 en una versión de mangas largas y tono soft, con styling glam y beauty look marcado en los ojos. El resultado: teatral, icónico, con acento en la presencia.

Gimena Accardi lo llevó a los Martín Fierro de Cine con una lectura mucho más fresca: strapless, escote profundo y peinado recogido para despejar la zona del pecho. El maquillaje natural acompañó el mood moderno y descontracturado. Dos looks distintos, un mismo diseño protagonista: la prueba de que la tendencia funciona en más de un código estético.

El auge del vestido drapeado ya venía creciendo en premiaciones internacionales y editoriales de moda, y este caso lo confirma en la escena local. La clave está en su versatilidad y en cómo cambia según el styling. Una tendencia adaptable que invita a explorar interpretaciones personales.
También lo usó Zaira Nara: la herradura se instala como guiño fashion
En redes sociales también se vio una versión del vestido en Zaira Nara, quien optó por un modelo con escote pronunciado y herradura XL como pieza central. La foto, tomada frente a un aro de luz, muestra un look nocturno y moderno donde la pieza metálica funciona como joya integrada. Su elección suma una ficha más al fenómeno: cuando distintas figuras coinciden en un mismo recurso visual –en alfombras rojas, fiestas o posteos personales– la tendencia empieza a consolidarse.
La herradura, asociada tradicionalmente con la buena suerte y los amuletos, aparece en estos estilismos como un elemento de carácter. En un contexto donde el minimalismo joyero convive con piezas statement, este detalle se convierte en firma estética y en uno de los motivos que vuelven reconocible al vestido. Esa repetición orgánica entre celebridades es lo que eleva el diseño al estatus de favorito de la temporada.
Cómo sumarse a la tendencia (a tu estilo)
No es necesario replicar el modelo exacto para inspirarse. Los tres elementos que definen esta tendencia son:
◦ drapeado protagonista
◦ detalle joya integrado en el escote
◦ caída fluida con silueta elongada
En eventos formales nocturnos, la versión con mangas largas aporta presencia y dramatismo. Para looks más jóvenes o de verano, el strapless funciona muy bien. En styling, menos es más: sandalias simples, clutch pequeño y joyería delicada dejan que la herradura brille en primer plano.
Si el foco está en el escote, un rodete alto o ponytail despejada ayuda a destacarlo. Con pelo suelto, el efecto es más sensual e híbrido. La tendencia no impone reglas: ofrece un marco para jugar con luz, textura y personalidad.
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