Nicolas Ghesquière apostó a lo grande en todo sentido. Fue así en el desfile de Louis Vuitton jugó con las proporciones, creó diseños con cremalleras de gran tamaño hasta detalles de textura ampliados.
Los looks recordaron a las película "¡Cariño, encogí a los niños!". El patio del Louvre mostró diseños surrealistas a gran escala. Cremalleras gigantes, botones enormes, cinturones de grandes proporciones y detalles exagerados.
En cuanto a esas cremalleras, Ghesquière informó que son las más grandes jamás fabricadas, y el proceso de ampliar y exagerar un elemento de una prenda llevó a la ampliación de otras partes también. Además, dijo que estaba usando la escala para alterar los códigos de la feminidad.
Lo más original: los pantalones de fiesta tejidos primero con elástico para darles su textura ondulada y tridimensional, y luego impresos; las medias de encaje, hechas en una máquina Raschel y luego adornadas con cristales.