En las últimas semanas, Michelle Obama sorprendió con una figura visiblemente más esbelta en un photoshoot realizado por la legendaria fotógrafa Annie Leibovitz, lo que generó un fuerte debate público sobre su método para perder peso y mantenerse en forma.

El entrenamiento de Michelle Obama para mantenerse vital a los 61 años: natación, boxeo y ejercicios de fuerza
Las imágenes muestran a la ex primera dama vestida con ropa informal —jeans, remera gris y botas de ante— pero con una silueta notablemente delgada, brazos marcados y una postura que evidencia tono muscular.
Esto despertó rumores en redes, atribuyendo sus cambios a medicamentos para bajar de peso, aunque no hay evidencia que confirme esas versiones.

Sin embargo, quienes la conocen y quienes siguen su trayectoria coinciden en que su transformación responde a hábitos saludables, constancia y una rutina consciente de bienestar, especialmente tras los desafíos que vivió con la menopausia.
Cómo es su rutina actual
Consciente de los cambios que trae la edad, Michelle adaptó sus hábitos: abandona los extremos y prioriza el equilibrio. Por ello, para cuidar su cuerpo con el paso de los años, Obama apuesta por una rutina variada: combina ejercicios de fuerza, cardio, sesiones de natación y entrenamiento pliométrico: sentadillas con salto, saltar la soga, ejercicios de core con balón medicinal y trabajo de brazos con pesas ligeras.

Su entrenador personal reveló que uno de sus bloques clave consiste en alternar pushdowns de tríceps con hammer curls de bíceps: un circuito breve, pero eficaz para fortalecer y tonificar —ideal especialmente para quienes, como ella, buscan mantener masa muscular en etapas de vida donde suele disminuir.
Además, la natación se convirtió en su aliada por su bajo impacto articular, ideal para mantener resistencia cardiovascular sin sobrecargar articulaciones.
También mantiene una alimentación cuidada, rica en alimentos integrales, proteínas magras, vegetales y grasas saludables, respetando los tiempos de su cuerpo sin obsesionarse con números.
Disciplina, constancia y flexibilidad
Obama confesó que suele comenzar su rutina antes del amanecer, asegurando así su espacio de autocuidado aún con agenda cargada. La clave de su cambio no estaría en atajos, sino en la constancia, el respeto por los tiempos propios, especialmente tras atravesar la menopausia, y en adaptar sus entrenamientos al cuerpo que tiene hoy. En sus propias palabras, dejar atrás extremismos y priorizar equilibrio, salud y bienestar integral.

Más allá de la estética: salud, bienestar y consciencia corporal
Para Michelle, entrenar ya no se trata de ajustar un número en la balanza, sino de sentirse con energía, fuerza y bienestar. Ella misma reconoció que su prioridad no es la delgadez, sino sentirse saludable y llena de energía. En medio del proceso de menopausia, aprendió a escuchar a su cuerpo, respetar sus tiempos y buscar bienestar a través del cuidado consciente.
Su estilo de vida incluye descanso, buena alimentación, movimiento consciente y un enfoque realista sobre salud. Así ha logrado una transformación visible que va más allá de la imagen: es una apuesta por la vitalidad y la salud a largo plazo.
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