Matilde Itzcovich tenía apenas 16 años y ya era reconocida como una de las grandes promesas del karting uruguayo. Su fallecimiento, ocurrido este jueves, impactó de lleno en el ambiente del automovilismo y dejó un vacío enorme entre quienes la conocían y seguían su carrera.
Desde muy pequeña, había demostrado una pasión inquebrantable por la velocidad y el deporte motor, lo que la llevó a participar en competencias nacionales e internacionales donde supo destacarse por su técnica, su determinación y su carácter competitivo.
Matilde Itzcovich habría tomado la decisión de quitarse la vida
Si bien hasta el momento no se emitió un parte oficial sobre la causa de su muerte, medios locales difundieron que, de acuerdo con versiones extraoficiales, la joven se habría quitado la vida. La noticia conmocionó a todos porque Matilde solía transmitir una imagen de fortaleza, alegría y compromiso con sus objetivos, tanto dentro de la pista como en su vida cotidiana.
La posibilidad de que una adolescente talentosa y con un futuro tan prometedor haya atravesado un momento tan difícil como para tomar esa decisión, abrió un debate sobre la salud mental en el deporte, un tema que en los últimos años comenzó a visibilizarse más, pero que todavía necesita mayor atención.

Una adolescente positiva y con determinación
Su historia deportiva comenzó cuando era apenas una niña y descubrió el mundo del karting. Lo que empezó como un juego, pronto se convirtió en una verdadera vocación. Matilde se entrenaba con disciplina, compitiendo en diferentes categorías y viajando a distintos puntos del país con su familia -su papá y su hermano también se dedican al deporte automotor- y del exterior para participar en torneos.
Cada carrera era para ella una oportunidad de superarse, y así lo expresaba en las entrevistas que daba a los medios especializados: “Me gusta ponerme metas y trabajar para cumplirlas. No hay nada que me detenga cuando quiero lograr algo”, dijo en una de sus últimas declaraciones públicas, palabras que hoy resuenan con especial fuerza.

Además de su talento en la pista, Matilde era muy querida por sus compañeros de equipo, entrenadores y rivales, quienes la describían como una persona alegre, compañera y siempre dispuesta a ayudar.
La Federación Uruguaya de Karting emitió un comunicado en el que lamentó profundamente la pérdida: “Hoy despedimos a una de nuestras jóvenes promesas. Acompañamos a su familia y amigos en este momento tan difícil”.
La importancia de acompañar a los adolescentes en sus desafíos emocionales
Desde que se conoció la noticia, las redes sociales se llenaron de mensajes de despedida, fotos y recuerdos compartidos por colegas y amigos que coincidieron en destacar su carisma y el impacto positivo que dejó en quienes la rodeaban.

La muerte de Matilde Itzcovich deja al automovilismo uruguayo sin una de sus figuras emergentes más prometedoras y, sobre todo, invita a reflexionar sobre la importancia de acompañar a los adolescentes en sus desafíos emocionales, incluso cuando desde afuera parecen estar viviendo su mejor momento.
El legado de su esfuerzo, su pasión por el karting y su forma de encarar cada meta quedará grabado en la memoria de quienes compartieron con ella este camino, así como en el corazón de todos los que, aunque sea desde la tribuna, la vieron correr y soñar con llegar a lo más alto del podio.
Suscribite al newsletter de Para Ti
Si te interesa recibir el newsletter de Para Ti cada semana en tu mail con las últimas tendencias y todo lo que te interesa, completá los siguientes datos:



