Tal como había adelantado en su programa Sería Increíble (OLGA), Nati Jota finalmente se sometió a una cirugía refractaria para corregir su visión.
“Tenía miopía y astigmatismo, y después de un tiempo sin que aumentara la graduación, se considera operable”, explicó en sus redes, donde relató con lujo de detalles cómo fue el procedimiento.
“Te anestesian mucho los ojos con gotas. Sentís los párpados muy pesados. Al toque entrás, te acostás en la camilla boca arriba, y entrás para que te quede por encima de la cara la maquinola”, escribió la periodista, en respuesta a una seguidora que le preguntó por la operación.
Con su estilo espontáneo y divertido, describió: “Te tapan un ojo. Al otro lo ubican bien y te dicen todo el tiempo: ‘Mirá la luz verde’. Hay unas rojas al costado que me daban fobia, el pensamiento intrusivo de moverme hacia ellas no dejaba de aparecer”.
“Ves todo, pero no sentís nada”
A través de historias de Instagram, Nati contó su experiencia con naturalidad y humor, bajando la tensión sobre una intervención que suele generar nervios. “Vos ves todo, pero no sentís nada. Y ves ‘todo’, pero ni siquiera entendés qué están haciendo. Solo ves luces, ruido, más borroso, menos borroso”, relató.
Luego detalló el momento clave de la operación: “Abren la tapita del ojo, la cortan, la dejan pegada y la mueven. Dicho así da impresión, pero no ves ni te das cuenta. Ahí actúa el láser —posta cinco segundos— y vuelven a cerrar la tapita. Fin. Todo eso dura literal dos minutos.”

Fiel a su estilo, agregó que tiene el video del procedimiento, aunque decidió no publicarlo: “Puede dar impresión al pedo y tengo miedo de que Instagram me denuncie”, bromeó.
La emotiva despedida a sus lentes
Antes de la operación, Nati le dedicó una carta a sus anteojos, en su último programa en OLGA. Con emoción y humor, compartió un texto donde reflexionó sobre el cambio y la relación que tenía con ese accesorio que la acompañó gran parte de su vida.
“Otra vez pienso en la Nati de doce a la que la mamá le decía que la vida no es un desfile de modas y que si tenía que usar los anteojos para ver bien, los usara”, leyó al aire.
“Hoy decido hacerme esta operación porque la vida no es un desfile de modas y no voy a resignar comodidad por un miedo estético.”
Con ese gesto, Nati despidió simbólicamente a sus lentes, dejándolos sobre el escritorio del estudio antes de salir del aire.
“Nos vemos en otra vida, o pronto, sin aumento, si no me animo a ser la rubia ex anteojos… o la rubia sin más”, cerró entre risas.
Una nueva mirada
A días de la cirugía, Nati Jota se mostró feliz y agradecida. Sin lentes y con su característico optimismo, celebró este cambio como un paso hacia una versión más cómoda, práctica y auténtica de sí misma.

Como siempre, compartió su experiencia con honestidad y humor, demostrando que incluso los procesos más personales pueden ser una oportunidad para inspirar y conectar con los demás.
Suscribite al newsletter de Para Ti
Si te interesa recibir el newsletter de Para Ti cada semana en tu mail con las últimas tendencias y todo lo que te interesa, completá los siguientes datos:
Mirá También


