Winter Swimming World Championship reúne a competidores de todas partes del mundo que aman la experiencia extrema de nadar en aguas heladas. La natación en agua helada, por debajo de los 5 °C, se convirtió en un deporte extremo que gana popularidad. Ya no sólo son nadadores de países nórdicos los que se animan a poner el cuerpo. La entrerriana Mariana Godoy Goette, ingeniería y triatonista, viajó al otro lado del mundo para ser fue parte del Winter Swimming World Championship 2024. La temperatura del agua llegó a 0,6°C.
La hazaña con más de 20 participantes de todo el mundo tuvo lugar desde el lunes 4 hasta el 10 de marzo en la bahía de Tallinn, capital de Estonia.
Nacida en Crespo, Entre Rios, pero por razones laborales radicada en la ciudad de Buenos Aires, Mariana es emprendedora, Ingeniera Química, con un Máster en Administración de Empresas y un Post Grado en Energías Renovables. Trabajó más de trece años para diversas petroleras para luego emprender sus propios negocios.
"Hago deportes desde la época de la universidad, cuando vivía en Santa fe y estudiaba en la Universidad Nacional del Litoral. Natación, ciclismo, running, gimnasio, todo aquel deporte que me guste y me ayude rápidamente a manejar el estrés que genera la vida misma, como lo es estudiar, rendir exámenes, trabajar y cumplir con todas las actividades que te demanda la vida independiente", comenta.
Nadar en el hielo
Las competencias de nado en aguas gélidas se desarrollan en lugares donde el agua oscile entre los 0 y 5 grados. Oficialmente las competencias de categoría mundial en aguas gélidas comenzaron en el año 2015, en la ciudad de Murmansk, Rusia, donde este deporte es habitual.
¿Qué ocurre con el cuerpo cuando entra en contacto con aguas gélidas?: Al entrar en contacto con el agua fría, la piel es el primer órgano que reacciona. La exposición a temperaturas bajas causa una constricción de los vasos sanguíneos, lo que disminuye el flujo sanguíneo y reduce la pérdida de calor del cuerpo, la frecuencia cardíaca aumenta y la respiración comienza a agitarse, hiperventilando. Con la práctica de inmersiones en estas condiciones la mente logra mantenerse en paralelo a las sensaciones que se producen en el cuerpo, siendo esto algo similar a lo que ocurre cuando meditamos.
"Nadar en aguas frías te saca de vos mismo. Saltar al agua fría es molesto… entonces, ¿por qué hacerlo? No es sólo por el derecho a alardear; un número creciente de estudios sugiere importantes beneficios para la salud física y mental al nadar en agua fría, específicamente para mejorar los síntomas de depresión pues te obliga a controlar tus pensamientos hacia el optimismo pero además te ayuda a aliviar las condiciones inflamatorias de todo el cuerpo", explica Mariana.
"Lo más importante es el control de tus pensamientos y consecuentemente de la respiración, lograr que tu cuerpo se adapte al frío. Esta es la gran diferencia con la natación tradicional, donde la resistencia es la clave, es más físico", asegura.
En relación a la competencia de Estonia, "es el evento más importante del mundo, con nadadores principalmente europeos y algunos pocos latinoamericanos. Estonia es un lindo país, con mucho historia y gran desarrollo de la industria de servicios tecnológicos. Cuando recibí la invitación para participar, no lo dudé y me embarqué en esta extraordinaria experiencia en donde participé en distancias cortas: 25 y 50 mts, estilo libre, pues tan solo fue mi primera vez", cuenta.
"He conocido a personas extraordinarias con historias de superación excepcionales, creo es esto lo que más me ha gustado de la experiencia. Ahora siento que puedo, que puedo mucho más de lo que pensé podría y ya estoy planificando mis próximos desafíos", reflexiona.
Basta recordar que la temperatura de las personas es de 37 °C para entender lo compleja que puede ser la inmersión prolongada en agua helada. "Te sentís poderosa, aunque parece de a ratos que no podés respirar. Hay controles y chequeos médicos que hago previamente, como en cualquier deporte. Y se cuida la cabeza usando doble gorra. El primer día me toca nadar 50 metros, el segundo 25, el tercero 25 y el último 50 metros otra vez. Son carreras cortas porque naturalmente el cuerpo no está preparado para el agua gélida. Se evalúa el tiempo y los detalles son importantes, por ejemplo, la reacción rápida en la largada, el momento en que el cuerpo hace contacto con el agua. Es una preparación de meses para una competencia que dura segundos”, explica.
A los 22 años se mudó a Campana para trabajar como ingeniera de procesos en una petrolera, luego a Capital Federal, Rosario y el norte del país. "Me he mudado muchas veces por razones laborales, para progresar, el deporte siempre fue mi aliado. En cada lugar donde estuve encontré mi lugar y mi gente para practicar el deporte que más disfrutaba”, relata.
Los hitos de Mariana Godoy Goette
Hace más de 10 años, Mariana completó su primer Ironman y también escaló la primera montana alta: el Nevado de Chañi, en Jujuy. "Estas experiencias me hicieron dar cuenta que podía vencer mis límites, que lo que antes en mi mis pensamientos era prácticamente imposible de lograr, había cambiado”, expresa. Imparable fue así como participó en más de 10 ironman y circuitos de montañismo.
"Creo esto se trata de una retroalimentación para todas las áreas de la vida: animarse a más, desbloquear miedos, desbloquear talentos inexplorados, afirmar el “yo puedo” y asi cada día te animás a pensar en más cosas, en lograr desafíos aun mayores en todos los ámbitos de tu vida.
En este camino de descubrimiento me encontré con el nado en aguas gélidas pero sin neopreno.
Nado en aguas frías pero con traje de neopreno sin problemas, pero hacerlo sin traje y sin ninguna ayuda adicional más que tu traje de baño normal, ¡es otro historia, otro deporte! Y asi fue como probé nadar en el lago Lacar, en Villa la Angustura, con el agua 6 grados y sin neoprene, y desde ese momento continué".
Asegura: "No compito para ganar. Simplemente participo para sentirme bien, tener objetivos extra laborales, actividades que me motiven a sentirme mejor todos los días con foco en un desafío concreto. El deporte me ayuda a tener mejor calidad de vida, me ayuda a manejar el estrés que muchas veces provoca la vida misma. Me cambia la energía, me hace una persona más optimista, mas sonriente, me alinea, me lleva a comer y descansar bien, estar entrenada y saludable. Ya no se me ocurre pensar en una vida sin hacer deporte todos los días".
Ahora se prepara para ir por más: "Estoy diagramando el resto del año y en función a mi trabajo y mis viajes laborales lo más probable es que se traten de dos lindos desafíos en EEUU: uno de ellos un cruce de nado y otro es intentar el ascenso al pico más alto, en Alaska. Ojalá se den".
Fuente: Camila Hernández Otaño.
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