Buenos Aires, hacia principios del siglo XX, llegó a tener cerca de 200 palacios. Muchos de ellos hoy son embajadas, otros pertenecen aún a familias que custodian su historia con celo y varios esconden secretos, leyendas y hasta fantasmas. Lo que todos comparten es un mismo denominador común: la belleza, el arte y la moda de su tiempo.
Ese universo será el corazón de “Palacios & Mansiones”, el nuevo programa de Fabián Medina Flores en Canal A. Con su mirada sensible y estética, el reconocido referente de la moda se adentra en los grandes íconos de la Belle Époque porteña para mostrar cómo cada espacio fue concebido con la misma minuciosidad y maestría que una pieza de alta costura.
El primer flechazo arquitectónico
“El Palacio Raggio me impactó profundamente. Lo recorrí junto a Nicolás, descendiente directo de la familia, que hoy lo da a conocer a través de redes y actividades culturales. También me sorprendió el Palacio Paz, monumental, con la historia de haber sido pensado como residencia presidencial y sus relatos de fantasmas en los pasillos. Y no puedo dejar de mencionar el Palacio Ceci, en Villa Devoto, que está siendo restaurado con un amor admirable por equipos que también trabajan en el Teatro Colón. Esa casa fue construida como prueba de amor de un hombre a su esposa. Imaginate la carga simbólica que guarda cada ladrillo”, cuenta Fabián.
Moda, arte y arquitectura: un mismo lenguaje
Con cada recorrido, Medina Flores encontró un espejo de su propia pasión: “Descubrí que el lujo y la moda dialogan directamente con la arquitectura. En los recibidores solían estar los retratos de las grandes damas pintadas por los artistas del momento, con una precisión tal que los pinceles lograban reflejar el brillo de las sedas, el corset, los abanicos o las joyas. Era una ceremonia estética completa, como si un régisseur hubiera cuidado cada movimiento”.
Para Fabián, la comparación es inevitable: "Un gran vestido y un gran palacio tienen en común la eternidad de la belleza. Ambos se construyen para siempre, a medida de la persona o la situación que van a habitar. No es lo mismo un vestido de verano que un vestido de gala; tampoco un palacio pensado para el descanso que uno diseñado para recibir a un príncipe. Hasta el más mínimo detalle —desde un botón forrado hasta la canilla de un jardín— se concebía con el mismo amor y dedicación”.
Detalles que hacen la diferencia
Quien fuera artífice de grandes editoriales de moda también se detiene en esos gestos que transforman lo cotidiano en lujo: “Cuando producía, siempre perfumaba el lugar o llevaba flores. Creo que podría doblar una servilleta en la bandeja del té de la señora de la casa y lograr que todo cambie. En estos palacios los detalles son prioridad, y ahí está el verdadero lujo”.
Con este nuevo programa, Fabián Medina Flores no solo nos invita a conocer espacios emblemáticos de la ciudad, sino también a descubrir cómo cada muro, vitral o escalera guarda un diálogo íntimo con la moda y la historia. “Admiro la belleza en todas sus formas y respeto profundamente el trabajo que lleva hacer las cosas bien. Es lo que encontré en cada palacio y lo que quiero transmitir al público”, concluye.
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