Eugenia Tobal (49) vive un presente luminoso. En plena participación en la actual edición de MasterChef Famosos, donde este jueves su hija Ema (6) enterneció al público al acompañarla en una gala especial junto a los hijos de otros participantes, la actriz atraviesa además un gran momento personal junto a su pareja, Francisco García Ibar.
Su historia de amor nació de manera inesperada, sin buscarlo, y con el tiempo se transformó en una familia ensamblada unida por los animales, la naturaleza y un profundo proceso de sanación.
Mirá También

El verdadero motivo detrás de la salida de Eugenia Tobal en Master Chef: “La descalificaron”
Romeo, el perro que cambió su destino
El “cupido” de esta historia se llama Romeo, el maltés de Eugenia. Fue gracias a él que, en 2017, la actriz llegó al campo que Francisco tiene en Zárate para su emprendimiento canino. Lo que comenzó como una consulta por el comportamiento de su mascota terminó abriendo una puerta que ninguno de los dos imaginaba.

En una entrevista con La Nación, Eugenia recordó ese primer encuentro con humor: su perro “pasó la evaluación” y “parece que ella también”. No fue un flechazo inmediato, pero sí una conexión genuina que dio lugar a largas charlas y una amistad que los fue acercando.
“Charlábamos mucho en esas sesiones de adiestramiento y nuestras charlas empezaron a profundizarse”, contó al medio citado.
Una relación que creció sin presiones
En ese momento, Eugenia venía de una etapa de reconstrucción personal y, según confesó, hasta pensaba en la posibilidad de ser madre sola. Francisco, por su parte, no contemplaba la paternidad como un proyecto cercano. La vida, sin embargo, tenía otros planes.
Con el tiempo, la amistad se transformó en amor. “Esas cosas que no buscás y suceden”, recordó en la charla con Para Ti, describiendo cómo el vínculo fue naciendo desde un lugar orgánico y sincero.

El deseo de ser mamá y un camino acompañado
Eugenia deseaba profundamente vivir la maternidad. Había atravesado la pérdida de un embarazo en 2011 (cuando estaba en pareja con Nicolás Cabré) y, a los 37, decidió congelar óvulos. “A los 36 perdí un embarazo y a los 37 dije: ‘chau, acá congelo’”, recordó en Para Ti, donde también habló del rol fundamental de Francisco como sostén emocional.

El embarazo de Ema llegó en 2019, un momento que trajo alegría y también un enorme contraste: cuando su hija tenía apenas dos meses, falleció su mamá. “Fue muy contradictorio porque durante mi embarazo transitamos la vida y la muerte”, compartió en La Nación.
Ese duelo marcó profundamente su historia, pero también reforzó la importancia de la familia que estaba construyendo. En Para Ti, Eugenia explicó que su fuerza surgió de dos lugares: su hija y la memoria de su madre.
Mirá También

Eugenia Tobal: "Con mi mamá planificamos el libro, ella me decía 'escribilo porque va a ser un best seller'"
Una familia ensamblada en la naturaleza
Hoy, Eugenia, Francisco y Ema viven rodeados de perros, campo y naturaleza, un ambiente que forma parte esencial de su modo de vida. “Somos una familia ensamblada bastante grande”, contó en La Nación, haciendo referencia a los animales que completan el hogar.
Además, comparten una visión de crianza basada en la libertad y la conexión con el entorno: buscan que su hija crezca en contacto con la naturaleza, con juegos al aire libre y aprendizajes espontáneos.
Un presente pleno que también se refleja en la televisión
El presente de Eugenia combina este bienestar familiar con su participación en MasterChef Famosos, donde se mostró especialmente emocionada cuando su hija Ema la acompañó en la cocina. Ese momento televisivo no solo mostró su costado maternal, sino también el vínculo afectuoso y cercano que construyó junto a Francisco y su hija.
Suscribite al newsletter de Para Ti
Si te interesa recibir el newsletter de Para Ti cada semana en tu mail con las últimas tendencias y todo lo que te interesa, completá los siguientes datos:



