La Selección Argentina brilló con un contundente 3-0 frente a Venezuela en el Monumental y el gran protagonista de la noche fue Lionel Messi. Entre lágrimas, ovaciones y una atmósfera de fiesta y nostalgia, el capitán reconoció que podría haber jugado uno de los últimos partidos de su carrera profesional en suelo argentino.
El jueves 4 de septiembre quedará grabado en la memoria de los hinchas. Con dos goles de Messi y uno de Lautaro Martínez, la Selección se impuso con autoridad y desató la euforia en un estadio colmado. Desde la entrada en calor, el público ovacionó al capitán, que no pudo contener las lágrimas en varios momentos de la noche.
Tras el triunfo, Messi habló con los periodistas Gastón Edul y Sofía Martínez, donde se mostró profundamente conmovido. “Se me pasaron muchas cosas por la cabeza, muchas emociones. Sabiendo que era el último capaz, viví muchas cosas en esta cancha, buenas y no tan buenas. Pero siempre es una alegría jugar en Argentina delante de tanta gente”, expresó con sinceridad.
El momento más emotivo fue durante el himno, cuando Messi salió acompañado de sus tres hijos, Thiago, Mateo y Ciro. Conmovido, explicó: “Es lo que siempre soñé. Por muchos años tuve y tengo el cariño de la gente en Barcelona y tenerlo acá, con mi gente, es un sueño”.
Recuerdos, nostalgia y un futuro incierto
En su repaso, también recordó con cariño a la camada de jugadores que lo acompañó antes de la consagración en Qatar, dejando entrever su respeto a colegas como Javier Mascherano, el Pocho Lavezzi y Gonzalo Higuaín.
Respecto a su futuro y la expectativa por su participación en el Mundial 2026, Messi fue honesto: “Lo más lógico es que no llegue. Estoy lesionado, pero voy día a día, partido tras partido. Tengo que ser sincero conmigo mismo: si la paso bien disfruto, y si la paso mal, prefiero no estar. Así que iremos viendo”.
El capitán aclaró que aún no tomó una decisión definitiva sobre su retiro, pero admitió que no está preparado para el adiós: “Obvio que no, no es algo que me guste ni que quiero. Pero va pasando el tiempo y fueron muchos años”.
El Monumental fue testigo de una noche única, en la que la alegría por la victoria se mezcló con la melancolía de un posible adiós. Con su familia, sus compañeros y los hinchas acompañándolo con devoción, Messi volvió a dejar claro por qué es eterno.
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