Este miércoles se confirmó la identidad del cuerpo hallado en mayo en el terreno lindero a la casa que habitó Gustavo Cerati en el barrio de Coghlan: se trata de Diego, un adolescente de 16 años desaparecido en 1984.
El 20 de mayo de 2025, durante una obra en avenida Congreso 3742, los obreros encontraron restos humanos enterrados a solo 60 centímetros de profundidad. Junto al cuerpo se hallaron una suela, un corbatín escolar, un reloj Casio de los años 80, una llave con llavero y una moneda japonesa que, en esa época, era usada como amuleto por los adolescentes.

Aunque la propiedad donde se hizo el hallazgo no era la misma en la que vivió Cerati entre 2002 y 2003, estaba justo al lado, lo que reavivó el interés público en el caso.
Quién era Diego y cómo fue su desaparición
Según detalló el medio Perfil, Diego había vuelto del colegio al mediodía del 26 de julio de 1984, almorzó con su madre y luego pidió dinero para visitar a un amigo. No dio más detalles. Fue visto por última vez esa misma tarde en la esquina de Naón y Monroe, en Belgrano, a pocas cuadras de su casa.

Esa noche, al no tener noticias, sus padres fueron a la comisaría 39 a radicar la denuncia. Los agentes no se la tomaron: “Se fue con una mina, ya va a volver”, les dijeron, según relataron años después.

Diego estudiaba en la ENET N.º 36 y jugaba al fútbol en Excursionistas. La ropa escolar que llevaba aquel día coincide con los objetos encontrados junto a sus restos.
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Una búsqueda que duró décadas
Tras su desaparición, su familia impulsó una intensa búsqueda. Pegaron panfletos, acudieron a los medios —lograron solo una entrevista en la revista ¡Esto!, del diario Crónica— y mantuvieron intacta su habitación durante años.
En esa entrevista de 1986, el padre de Diego, Juan Benigno, expresó su dolor y frustración: “Desde el primer momento lo caratularon como ‘fuga de hogar’. Me negué, pero era como hablarle a una pared”. Juan murió en un accidente de tránsito, convencido de que su hijo había sido secuestrado por una secta.

El vínculo con el hallazgo reciente surgió a partir de un sobrino de Diego, que al ver las noticias conectó los datos: edad, época, ubicación y objetos personales. Pidió avanzar con la identificación y no se equivocó.
Qué se sabe sobre la investigación actual
Aunque la causa está prescripta, el Ministerio Público intenta reconstruir los hechos. El objetivo es esclarecer las causas de la muerte y por qué el cuerpo fue ocultado.
Ahora se busca interrogar a los ocupantes de la vivienda en 1984: según los registros, se trataba de un chalet habitado por una mujer mayor y sus dos hijos, de apellido Graf.
Mientras tanto, los hermanos de Diego fueron quienes, luego de décadas de silencio, le comunicaron a su madre la noticia sobre la identidad del cuerpo.
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