Conjuntos, falda, vestidos. Prendas atemporales, confortables y con diseño de autor. Y que están realizadas de manera artesanal con una particular materia prima.
Porque esta es la historia de una marca que nació gracias a la idea que tuvo Marité de darle una segunda vida a la tela con la que se fabrican los quesos artesanales, esa que se usa para separar la masa del cuajo.
Primero fueron bolsas, luego un vestido playero y la idea fue escalando, hasta que en septiembre de 2024, Mariafe mostró su colección de verano en la Fashion Week de Córdoba y, en enero, en la que llevó a cabo en Mar del Plata.
-¿Cuál es tu profesión y con quiénes encaraste este emprendimiento?
-Aún no me doy cuenta del todo quién soy... Si te puedo decir que hasta nombrarme me parece un desafío. Marité me llaman y me gusta que me llamen. De profesión docente de arte y, desde muy chica, sembraron en mí las semillas de la curiosidad, el asombro, el deseo de experimentar cosas nuevas, la conciencia del cuidado de donde habitamos y la importancia de reutilizar cosas… (hoy, ya con un concepto más arraigado como el de cuidar el medio ambiente y la economía circular). Es así que podría decir que, si de ocupación se trata, soy diseñadora por adopción, entre otras cosas.
Este proyecto llegó como salido de la nada. Nunca me imaginé que mi curiosidad me llevaría por este camino: crear prendas con conceptos tan sentidos por mí. En él participan, de diferentes maneras, mi familia, mis amigos y la pequeña, pero no menos importante, comunidad que se generó a partir de la cuenta de Instagram... Allí también ocurren cosas mágicas.
-¿Cómo surgió la idea de utilizar esta materia prima?
-Todo comenzó cuando visité la fábrica de quesos artesanales de mis sobrinos. Ellos estaban realizando su producción y noté que, en un lugar apartado, había un montoncito de telas. Pregunté por qué estaban allí y la respuesta fue: 'Las descartamos porque su vida útil para este proceso acabó…'. Sentí casi como un golpe de tristeza porque, como para mí las segundas oportunidades son maravillosas, por eso reciclo todo lo que encuentro... Me dije: '¡Yo me las llevo!', casi enojada…
-¿Cómo es el proceso de recuperación, hubo que aprender algo que no estaba prestablecido para este proceso, maquinarias, etc?
-Llegué a casa, comencé un proceso de higiene y, luego, una vez listas y perfumadas, se me ocurrió la idea de hacer unas bolsas. Pero también quería experimentar esa textura particular en el cuerpo, así fue como me hice un vestido para ir a la playa (amo el mar). Lo disfruté tanto que volví entusiasmada a contarles a quien se cruzara lo que había descubierto.
Con el tiempo las intervine con otras telas de descarte como las de decoración (que una amiga me regala); otras veces utilizo la estampación botánica usando la técnica de ecoprint (en ella uso hojas y flores de mi jardín).
Encuentro allí un viaje a lo perfecto o imperfecto que la naturaleza transmite cuando las hojas y flores se transfieren a las telas… Así juego y disfruto de aquello de lo que me enorgullece... Mi inspiración es siempre la naturaleza, en algunas ocasiones otros colegas y lo que me despierta curiosidad.
-Antes de este proyecto, ¿tenías idea de armar algo así que tuviera un impacto positivo en el medioambiente?
-Mi deseo más profundo es que entendamos que siempre hay una manera amorosa de dar segundas oportunidades o de tenerlas y, más aún, cuando somos conscientes de que el cuidado de nuestra casa (mundo) es fundamental. Contagiar a otros a realizar prácticas conscientes como el de reutilizar, el consumo responsable y la economía circular son los caminos.
Las prendas y algunos accesorios cuentan una historia en sus tramas, están llenas de pasión por llegar a cada persona que desee tenerlas, pero también son una alabanza para quienes trabajan silenciosamente todos los días, desde el tambero que cuida de las vacas que dan su leche para la elaboración de los quesos, como para cada uno de los que construimos esta cadena que no sabemos dónde termina… Amamos lo que hacemos, damos valor agregado a lo descartado.
-Además del impacto de reutilizar estas telas de descarte, ¿hay otros procesos del emprendimiento con esta mirada?
-Deseosos de seguir sumando aprendizajes y hermosos seres humanos que acompañen esta visión de sustentabilidad y sostenibilidad sin atentar contra la armonía del universo es que pensamos el presente y el futuro.
La marca se llama: María Fe (por mi primer nombre, es una manera de reconocerme en él... Jajaja) y Fe (por las primeras letras de mi apellido), aunque lo más importante es que representa todo aquello en lo que creemos y tenemos fe.
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