Rincones de Buenos Aires que se parecen a Europa - Revista Para Ti
 

Rincones de Buenos Aires que se parecen a Europa

De la mano de la periodista Mariela Blanco, Para Ti te invita a descubrir una ciudad que, de tan cosmopolita, nos obliga a chequear todo el tiempo en el pasaporte que no pasamos por Ezeiza, que seguimos acá.
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Argentina es el único país de Sudamerica que tiene por capital una ciudad europea que, a la vez, no es ninguna de las conocidas. Buenos Aires no es París, ni Londres, ni Madrid, ni Venecia. Es un poco de todas.

La influencia europea en la arquitectura porteña se hizo visible a través de arquitectos franceses, noruegos, italianos, alemanes y belgas que diseñaron imponentes edificios entre los siglos XIX y XX.

Para poder pertenecer al cerrado círculo de arquitectos de sus países de origen, jóvenes profesionales europeos encontraban una oportunidad en nuestra ciudad para desplegar todo su potencial.

Acá estaba todo por hacerse, había espacio y no había que respetar ningún canon. Por eso BA es única y en una misma manzana puede haber una réplica a escala de varios rincones del Viejo Continente.

Y viva España

Arranquemos por el tramo de Avenida de Mayo en Monserrat que va desde la Avenida 9 de Julio hasta el Congreso de la Nación donde podemos ver un recorte hispano adherido a Baires.

Hispanidad.

El Teatro Avenida no fue otra cosa más que la “catedral de la zarzuela”. Por sus escenarios actuaron artistas de la talla de la catalana Margarita Xirgú, Lola Membrives, Nati Mistral ó Rocío Jurado.

Teatro Avenida
Teatro Avenida
El teatro Avenida.

Muchos de los dueños de los cafés de la zona son oriundos de la Madre Patria, como es el caso de Los 36 billares que se encuentra a la altura del 1271 de la “gran vía porteña”.

Café Los 36 Billares.

Allí nomás, en el cruce con Salta, está “la esquina de la hispanidad”, donde de un lado durante la Guerra Civil española, los republicanos que frecuentaban el “Café Iberia” terminaban a golpes de puño los calurosos debates que mantenían con los franquistas de “El Español”. Y en la habitación 704 del Hotel Castelar, se alojó ni más ni menos que Federico García Lorca en 1933.

Pero si bien estas pocas cuadras supieron ser el epicentro de la colectividad española y tuvieron alma de castañuela, hay que decir que siempre usaron traje “made in france” ya que los edificios y sus cúpulas vistos, desde alguna terraza, son una verdadera postal de París.

Venecia sin ti

Si llegamos hasta la Plaza de los Dos Congresos, vamos a ver el edificio "Presidente Dr. Raúl Ricardo Alfonsín" donde hoy funciona la Auditoría General de la Nación (Avenida Rivadavia 1745) que fue levantado entre 1924 y 1927 para alojar al Instituto Biológico Argentino.

Tiene inspiración directa en la “Torre dell’Orologio” de la Plaza San Marcos con un reloj de autómatas y campanario muy similar al veneciano y despliega una versión ecléctica del neorrenacimiento italiano.

Este edificio tiene inspiración directa en la “Torre dell’Orologio” de la Plaza San Marcos con un reloj de autómatas y campanario muy similar al veneciano.

Medianoche en París

La zona de Arroyo y Suipacha es conocida como "el codo aristocrático de Buenos Aires". Así la bautizó el escritor Eduardo Mallea a esta curva que no es otra cosa que el pulso parisino del corazón de Retiro.

Arroyo y Suipacha.

Aquí no suelen verse mujeres con bolsas de supermercado, ni carteles de reparación de electrodomésticos, ni niños improvisando un “fulbito”. Esta zona nació “paqueta” y del miedo inyectado por la fiebre amarilla.

Calle Arroyo.

Predominan las residencias de estilo francés y los palacios señoriales como el Estrugamou construido en 1929 por los arquitectos Sauze y Huguier, en cuyo patio se halla la réplica en bronce de la Victoria de Samotracia. Es un edificio de renta de estilo ecléctico influenciado por el barroco francés y el estilo Segundo Imperio.

Calle Arroyo

Viva mi Andalucía

El Patio Andaluz dentro del Rosedal de Palermo es un conjunto donado por el Ayuntamiento de Sevilla (que a Buenos Aires llegó en barco y desarmado, como era habitual en el siglo pasado).

Cuenta con una glorieta andaluza, una fuente de cerámica con escenas de la Fundación de Buenos Aires, bancos con episodios de Don Quijote de la Mancha de Cervantes y mayólicas en las escaleras con imágenes de la vida en España.

Museos como el de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco o el de Arte Español Enrique Larreta ofrecen una postal similar pero lo más interesante es que una bocanada de aire del sur de la península ibérica se oculte en el corazón de un bar.

Museo Fernández Blanco.

En Perú 1024, San Telmo, se encuentra el Atis Bar. Hay versiones encontradas sobre su pasado pero muchos coinciden en antiguamente haya funcionado allí un convento jesuita y luego una residencia de inmigrantes. Lo que sí es cierto es que conserva un patio imperdible 100% andaluz.

Atis bar.
Atis bar.

Más información en parati.com.ar

   

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