Silvina Escudero fue invitada a Mi Cielo, el ciclo de entrevistas que conduce Mariano Iúdica, donde las figuras repasan momentos claves de su historia personal. En ese marco, la bailarina y conductora, que acaba de recibirse de locutora tras cuatro años de estudio, habló de su presente emocional y de cómo la atraviesan distintos duelos.
En la charla, Silvina contó que en este momento de su vida está enfocada en revisar qué la hace feliz a ella, después de muchos años de priorizar siempre a los demás. Describió esa etapa como un proceso en el que intenta “curar todas sus heridas” y reconoció que se siente como “una leona que se lame las cicatrices”, en búsqueda de su propia sanación emocional.
“Vengo con muchos duelos muy difíciles”
El momento más fuerte de la entrevista llegó cuando Iúdica le preguntó a quién le sacaría el dolor si tuviera la posibilidad de hacerlo. Silvina no dudó: eligió a ella misma. Explicó que llega “de muchos años de mucho dolor” y que atraviesa “duelos muy, muy difíciles” que todavía pesan en su día a día.
La artista contó que hace mucha terapia y que en los últimos años combinó el espacio tradicional con distintas herramientas alternativas, como constelaciones, biodescodificación y un trabajo que definió como “lunar de sanación”. Aun así, reconoció que hay situaciones que todavía no logra superar por completo y que la marcaron tanto a ella como a su marido.
Fue entonces cuando habló de una de las experiencias más dolorosas que vivió: la pérdida de un embarazo avanzado. Sin dar detalles médicos ni reconstruir la situación paso a paso, eligió centrarse en el impacto emocional que tuvo ese episodio y en cómo se sumó a otros duelos previos que ya venía atravesando.
“Sí, estoy rota por dentro”, admitió durante la charla, al describir el efecto que tuvo ese proceso en su vida. Pero enseguida aclaró que, pese al dolor, se siente agradecida por la vida que tiene y que intenta no quedarse en el lugar de víctima.
Entre el dolor, la gratitud y la búsqueda de bienestar emocional
Lejos de presentarse solo desde el sufrimiento, Silvina remarcó que su forma de atravesar estos años fue seguir adelante y sostenerse en la gratitud. Dijo que se considera “una leona” que va para adelante y que, a pesar de lo vivido, intenta siempre “poner la otra mejilla” y salir a flote.
También habló del rol de su pareja y de su familia. Contó que siente que el amor por su marido es un vínculo que va a sostener toda la vida, más allá de lo que pase en el futuro, y que su núcleo afectivo sigue siendo un pilar. Pero, en paralelo, marcó un cambio de foco: ahora busca, por primera vez, preguntarse qué la hace feliz a ella y cómo puede cuidar su mundo interno.
Su relato pone sobre la mesa temas que muchas personas viven en silencio: el duelo por un embarazo perdido, la necesidad de pedir ayuda profesional, la convivencia entre el dolor y la gratitud, y la importancia de poder nombrar lo que duele. Desde su lugar de figura pública, Escudero eligió compartirlo sin detalles morbosos y con un mensaje claro: la vida no siempre es la que una elige, pero sí importa lo que se hace con aquello que toca atravesar.
En un medio donde muchas veces se busca solo el costado más luminoso de las celebridades, su testimonio suma una mirada distinta: muestra la fragilidad, la vulnerabilidad y, al mismo tiempo, la decisión de seguir trabajando sobre su bienestar emocional.
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