Toto Kirzner fue abordado por la prensa durante una salida laboral y, aunque al principio el intercambio giraba en torno al regreso de Araceli González a Eltrece, la conversación rápidamente derivó en el tema más sensible: la relación actual entre Araceli y Adrián Suar. Sin esquivar ninguna pregunta, el actor habló con tranquilidad y dejó en claro cómo vive él la situación.
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Cuando le consultaron si le había generado algo ver que su mamá volvía al canal donde trabajó tantos años, Toto respondió que le alegró verla entusiasmada, especialmente por reencontrarse con Mario Pergolini, con quien mantiene buena relación. Pero pronto la pregunta se corrió hacia las declaraciones recientes de Araceli, donde había mencionado la tensión que persiste con su expareja.
Fue entonces cuando Toto marcó con firmeza una línea clara: “No me genera nada. Es una cosa entre ellos y yo ocupo el rol del hijo, es lo único que puedo decir”, afirmó.
Toto Kirzner: “Siempre fueron muy claros para hablar uno del otro"
El actor explicó que mantiene vínculos separados con cada uno de sus padres y que nunca interviene en los temas que ellos deben resolver entre sí: “Yo tengo la relación con mi mamá y tengo la relación con mi viejo. Ya se separaron hace mucho tiempo, entonces no hay algo en conjunto que podamos tener así”.
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La cronista insistió, preguntándole si alguna vez le había pesado la exposición mediática de la separación. Toto volvió a mostrarse sereno: “Siempre fueron muy claros para hablar uno del otro y comprenden bien los medios desde hace tantos años. A mí me educaron bárbaro sobre este tema. Estoy tranquilo porque ellos saben lo que están haciendo”.
Cuando le recordaron la frase que Araceli dijo en LAM —“es divino con todo el mundo, menos conmigo”— y le preguntaron si eso lo afectaba, Toto mantuvo su postura sin dejar espacios a dudas: “No, insisto, no me meten a mí. Siempre me tuvieron en claro que eso es entre él y yo, ella y yo. Y yo soy el hijo”.
"Yo confío en mis viejos, son bastante cuerdos”
Incluso ante la consulta de si le resultaba difícil ver esa tensión expuesta públicamente, respondió sin dramatizar: “No pasa nada. Yo confío en mis viejos, son bastante cuerdos”.
La última pregunta apuntó a si imaginaba una posible reconciliación o acuerdo entre sus padres en el futuro. Y, una vez más, Toto eligió la calma: “Puede ser. Puede ser que sí, puede ser que no. Y todo estará bien”.
La breve entrevista dejó en evidencia que Toto ya no es el niño que en su momento atravesó la separación de sus padres, sino un adulto con vínculos propios y bien diferenciados con cada uno de ellos.
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