Tras un prolongado y complejo proceso de recuperación, María Julia Oliván regresó al streaming de Border Periodismo y abrió su corazón. Habló del accidente doméstico que sufrió en junio, de la importancia del acompañamiento de sus seres queridos y de las secuelas físicas que le quedaron tras más de dos meses de internación.
El pasado 13 de junio, la periodista intentó encender una estufa a bioetanol en su casa y sufrió graves quemaduras de segundo grado cuando el bidón explotó sobre su pierna. El fuego no solo alcanzó su cuerpo, sino que también dejó rastros en su living, con muebles dañados y parte del ambiente incinerado.

“Esa es la estufa, la vamos a sacar a la miércoles”, expresó con firmeza al mostrar en cámara el artefacto que desencadenó el siniestro.

Durante más de dos meses, Oliván estuvo internada en el Hospital Alemán, donde debió someterse a múltiples cirugías y a un proceso médico delicado para salvar la movilidad y recuperar las zonas afectadas.
Las secuelas físicas y el impacto emocional en la vida de Oliván
En su regreso, la conductora no ocultó las marcas que le dejó el fuego. Mostró su mano derecha y señaló el dedo meñique, uno de los más comprometidos. “Este es el que menos pude zafar”, dijo, con la naturalidad de quien aprendió a convivir con las cicatrices.
Pero más allá de las huellas visibles, lo que más la conmovió fue el sostén de su entorno. Con la voz quebrada, compartió una de las experiencias más íntimas. Lo que la emocionó fue ver a su mamá, que con 82 años, la volvió a maternar. "Yo estaba tan emocionada, hacía un montón que no la veía a mamá siendo mamá", expresó.
Oliván relató que atravesó más de 30 operaciones y que nunca estuvo sola. Su hijo Antonio, su pareja y su familia cercana estuvieron presentes en cada paso. También destacó la tarea del equipo de enfermeros que la asistió en todo momento.
Ese acompañamiento constante le permitió encontrar un sentido dentro del dolor: “Lo amo más a mi marido, amo más a mi gente, recuperé un montón de amigos. Así que no podría decir que lo que me pasó fue un karma negativo”, confesó con honestidad.
Con su estilo auténtico, transparente y optimista, la periodista remarcó que lo vivido le dejó un profundo aprendizaje: valorar la familia, reconocer el poder del esfuerzo compartido y celebrar la vida incluso en la adversidad. Su regreso al trabajo, después de tantas pruebas, se convirtió así en un testimonio de resiliencia y amor.
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