Si la focaccia clásica ya es un placer, esta versión rellena con mozzarella y tomates secos lleva el sabor al siguiente nivel. Con su miga suave, el dorado perfecto y un interior fundente, es la receta ideal para una comida informal, una picada o una cena casera con aire italiano. Solo necesitás harina, levadura y un poco de paciencia para el levado: el resultado es un pan plano aromático y crocante por fuera, con un centro tierno que conquista a todos.

Ingredientes para la focaccia rellena:
- 500 gramos de harina 000 o de fuerza
- 10 gramos de sal
- 7 gramos de levadura seca (o 20 gramos de levadura fresca)
- 1 cucharadita de azúcar o miel
- 325 mililitros de agua tibia
- 30 mililitros de aceite de oliva
- 250 gramos de mozzarella rallada o en fetas gruesas
- 80 gramos de tomates secos (rehidratados en agua caliente o aceite)
- Hojas frescas de albahaca (opcional)
- Pimienta y orégano a gusto
- Sal gruesa o en escamas
- Romero fresco (opcional)
Preparación de la focaccia:
- Paso 1: En un bowl, mezclá el agua tibia con el azúcar (o miel) y la levadura.
- Paso 2: Dejá reposar unos 10 minutos, hasta que empiece a hacer espuma.
- Paso 3: En un bowl grande, colocá la harina y la sal. Sumá la levadura activada y el aceite de oliva.
- Paso 4: Amasá durante unos 10 minutos hasta obtener una masa suave y elástica.
- Paso 5: Cubrí con un paño y dejá leudar una hora, hasta que duplique su volumen.
- Paso 6: Dividí la masa en dos partes iguales. Estirá una sobre una fuente aceitada, cubriendo toda la base.
- Paso 7: Distribuí la mozzarella, los tomates secos y la albahaca.
- Paso 8: Luego, cubrí con la otra mitad de masa, sellando bien los bordes con los dedos.
- Paso 9: Dejá reposar nuevamente la focaccia durante 30 minutos, tapada con un paño limpio, para que la masa vuelva a relajarse.
- Paso 10: Pincelá con aceite de oliva, espolvoreá sal gruesa y romero fresco. Horneá a 200 °C durante 25-30 minutos, hasta que esté dorada y crocante.

Tips y variaciones para potenciar la receta
- Para un sabor más gourmet, sumá cebolla caramelizada al relleno.
- Probá una versión caprese, con tomate fresco, mozzarella y un toque de pesto.
- Si tenés tiempo, hacé una fermentación larga en heladera (2-3 horas o toda la noche): la miga queda más aireada y el sabor se intensifica.
- Servila tibia, cortada en cuadrados o tiras, con una copa de vino o una cerveza artesanal.
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