Es un hito en el diseño y se consagra como uno de los muebles más famosos del siglo XX. La silla Cesca lleva cumplidos 94 años y se mantiene tan vigente como cuando se creó, con la diferencia de que hoy se presenta en formatos más modernos y originales, pero siempre manteniendo su clásica esencia y naturalidad.
Un poco de historia
La silla Cesca tiene una historia con polémica y conocerla resulta clave para entender en profundidad por qué es uno de los iconos del diseño del siglo XX y uno de los símbolos de la Bauhaus (la emblemática escuela de arquitectura, diseño, artesanía y arte fundada en 1919 por Walter Gropius en Weimar y cerrada en 1933, de la que surgieron algunos de los más importantes diseñadores, y donde se realizaron obras que pasarían a la historia de la humanidad).
Todo comenzó en el año 1928, en Bauahus, Alemania. Allí surgió la idea por parte de Marcel Breur de crear una silla "suspendida" que únicamente se sustentara de una base de dos patas. En este primer momento, fue bautizada con el nombre de silla b32.
Pero un año antes, en 1927, esta idea fue presentada bajo el nombre del diseñador Mart Stam, quien no dudó y se atribuyó el mérito de la creación de la emblemática silla.
Sin embargo, Stam fue acusado de "robarle" el diseño de la silla a Marcel Breuer y ese mismo año se llevó a cabo un juicio, el cual no salió como el holandés Breuer esperaba, ya que Stam quedó ante la justicia como el principal diseñador y creador de la silla, ahora con el nombre de S43.
Y así fue como Mart Stam comenzó a comercializarla en 1929, a través de la empresa Thonet, como la silla B33 de la cual recibió el reconocimiento público en ese momento.
Pero entonces... ¿cómo es que finalmente pasó a llamarse silla Cesca? En realidad, aunque Stam ganó el juicio, quien pasó a la historia como su diseñador es el húngaro Marcel Breuer.
Y fue en los años 50 cuando el reconocido arquitecto le asignó los derechos de la silla B32 a Dino Gavina, quien la bautizó con el nombre Cesca en honor a la hija de Breur, Francesca.
Finalmente, en 1968, la firma estadounidense Knoll compra Gavina y comienza a comercializar la silla Cesca en grandes cantidades, otorgándole así un valor extraordinario a la creación.
Es por eso que en la actualidad, la silla Cesca original debe llevar el logo de KnollStudio y la firma de Marcel Breuer en la base.
Un hito en el diseño
Como mencionamos anteriormente, la silla Cesca tuvo una gran repercusión desde el momento de su creación: por un lado gracias a la controversia generada entre sus diseñadores, y por otro debido a su moderno acabado y diseño atrevido para la época.
Es por eso que es catalogada como la silla que marcó un antes y un después en el sector del mueble.
Original, versátil y funcional
Tan versátil como funcional, su voladizo la convirtió en una silla súper flexible y cómoda, y le permitió incorporar múltiples variantes a lo largo del tiempo, haciendo posible la idea de que se adapte a cualquier entorno y estilo decorativo, desde el más clásico hasta el más vanguardista.
Además, funciona como silla de escritorio o comedor y su diseño es tan original que puede convertirse con facilidad en la estrella protagonista del ambiente.
Gracias a su estiloso diseño, la silla de Marcel Breuer tiene muchísimas variantes: desde el diseño clásico y original -con asientos de rejilla y marco de madera-, a sumarle apoyabrazos, encontrarla tapizada (también con reposabrazos) e incluso en un mix con asiento tapizado y el respaldo cannage.
Pero en cualquiera de sus nuevas variantes, la silla Cesca sigue manteniendo su clásica esencia y naturalidad.
Cuánto cuesta una silla Cesca
Como era de esperarse, su precio es el propio al de uno de los iconos del diseño de interiores. Sin ir más lejos, en la página oficial de Knoll podemos encontrar el modelo más clásico a 1.065 dólares.
Pero si querés una silla Cesca un poco más barata, podés ir por réplicas e imitaciones que suelen ser muy similares y sus precios son muy variados: desde $40.000 hasta $80.000.