Balance 2020: 10 mujeres revelan cómo vivieron el año del covid-19 - Revista Para Ti
 

Balance 2020: 10 mujeres revelan cómo vivieron el año del covid-19

Angustia, miedo e incertidumbre, son los tres sentimientos que se manifestaron en una charla con 10 mujeres consultadas por Para Ti. Cómo vivieron, qué sintieron y cómo impactó la pandemia en sus vida durante este 2020.
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Ya estamos por terminar el 2020 y diciembre es tiempo de balance y reflexión. Desde Para Ti, consultamos a 10 mujeres para saber qué sensaciones experimentaron durante el año de la pandemia.

Paola, dos hijos, desempleada.

Cómo impactó la pandemia y el aislamiento obligatorio en la vida de este grupo de mujeres. Experiencias, sentimientos y vivencia de un 2020 diferente y que hizo historia porque será recordado como el año de la pandemia.

Ana Paula, psicopedagoga.

La mayoría de las mujeres casadas con hijos, expresaron haberse sentido angustiadas y con una profunda incertidumbre por no saber cómo impactaría la enfermedad en sus vidas cotidianas y en la de sus seres queridos.

Andrea es arquitecta y no tiene hijos. Se sintió rara, ansiosa, pero por otro lado lo tomó como una oportunidad para descansar, ya que venía de un año de mucho trabajo.

Andrea, arquitecta.

Anabella, madre de dos hijos de 8 y 5 años, atravesó distintas emociones: primero rareza, luego desolación, tristeza y finalmente una profunda monotonía. A raíz de un problema de salud de su padre, Anabella tuvo que ir a diario al hospital, lo cual le generó mucho miedo la posibilidad de contagiarse.


El miedo fue la emoción que invadió al 90% de las encuestadas, ya que temieron por la vida de sus hijos, sus seres queridos mayores de 60 años y los que presentaban un factor de riesgo (hijos con problemas respiratorios y/o cardiológicos, maridos con antecedentes de ACV, padres con obesidad, etc..). Algunas mujeres son personal de la salud y estaban más expuestas al contagio por su profesión o la de sus maridos.

Carla, periodista.

La excepción fue Ana Paula, soltera y de profesión psicopedagoga. Aseguró no haber sentido miedo en ningún momento, pero admitió tener cierta incertidumbre por la situación.


En cuanto al tema laboral, las respuestas fueron más variadas. Algunas mujeres siguieron trabajando por zoom. Laura siguió dándole clases de gimnasia a algunas de sus alumnas de secundaria a través de Facebook. Carolina, quien es terapeuta ocupacional probó atender vía online pero admitió que el modo presencial es mejor para lograr resultados efectivos.

Anabella, Ana y Carla son amas de casa y se encontraron frente a mayores exigentes durante la época de aislamiento, ya que en cuarentena las tareas dentro del hogar se intensificaron.

El rendimiento del dinero en cuarentena


Al consultar sobre el poder adquisitivo en estos meses, el 80% asegura que el dinero rindió menos, por el aumento elevado de productos y alimentos. Algunas mujeres sufrieron una disminución en sus ingresos porque no pudieron ejercer su profesión o porque se quedaron sin trabajo y con pocas posibilidades de conseguir uno nuevo, como le ocurrió a Paola, de 42 años, y mamá de dos hijos.

Paula, repostera y pastelera.

Paula confiesa que tuvo que recurrir a sus ahorros para amortiguar la baja de sus ingresos, ya que vendió menos productos de repostería. Sin embargo, un bajo porcentaje de las encuestadas, admite que no perdió poder adquisitivo porque al salir menos, no tuvo gastos de combustibles, de comidas afuera, de esparcimiento y no realizó compras para uso personal (ropa, calzado, maquillaje, accesorios, artículos para el hogar).

La tecnología, ¿aliada o enemiga?


La tecnología, en general, fue la aliada de las mujeres, y tuvo un impacto altamente positivo para trabajar, tomar cursos online, aprender a cocinar, hacer gimnasia, jugar y educar a los niños en sus plataformas educativas virtuales. Los encuentros con amigos y familiares se mudaron al zoom, Google meet y WhatsApp.

Susana, nutricionista.

Sin embargo, algunas admitieron que por su excesivo uso, padecieron fuertes dolores de cabeza y cansancio en la vista. Asimismo, tanta virtualidad generó molestias y agotamiento en algunas mujeres, ya que se extrañó el contacto real con las personas.


A algunas mujeres les tocó cumplir el rol docente de sus hijos, y aunque la mayoría lo llevó estoicamente, muchas admitieron no llevarse bien con el papel pedagógico. "No es lo mismo enseñar a un extraño que a tus propios hijos ya que ellos no muestran la misma motivación ni voluntad como lo hacen en el colegio, ya que interfieren emociones propias de las relaciones primarias", señalaron algunas.

Sin embargo, Paula mamá de dos varones dice que el vínculo con ellos se terminó fortaleciendo a pesar de algunas dificultades en la enseñanza de alguna materia.

El impacto en la salud que nos deja el 2020


Al consultar sobre el impacto en la salud, las participantes hacen referencia a problemas de sueño, es decir, tardaron más tiempo en conciliar el sueño o durmieron menos horas, debido al estrés y preocupaciones propias de estos tiempos.

Anabella, ama de casa.

Susana, nutricionista y mamá de dos niños, nos cuenta que padeció cansancio extremo a raíz de tantas actividades en casa. Algunas mujeres, dejaron de hacer actividad física por lo que adjudican su falta de cansancio al sedentarismo, por no poder salir al gimnasio. Además, se sumaron dolores musculares, articulares y contracturas causadas por el exceso de horas sentadas frente a las pantallas.

Otras declaran que su peso ha ido en aumento, por las factores ya explicados. Laura nos dice “me la pasé comiendo desde que me despertaba hasta las 2 de la madrugada y no hubo golosina que se me resistiera”. Carla se sincera y nos dice “las meriendas con mis hijos siempre tienen más calorías que de costumbre, todos los días hay un antojo nuevo”.

El reparto de las tareas domésticas


Si hablamos de las tareas propias del hogar, muchas mujeres confiesan haber tenido conflictos con sus parejas e hijos al momento de organizar las tareas domésticas. Por la falta de personal de limpieza, todos los integrantes tuvieron que hacerle frente a la limpieza, orden y mantenimiento propio del hogar. Con el pasar de los días admitieron que se fueron organizando mejor para que sea todo más llevadero.

Rosa, jubilada.

Otro punto a tener el cuenta, es la convivencia las 24 horas del día con los mismos integrantes, para muchas en lugares pequeños, sin espacios que sobren para tomarse un respiro a solas. Se acentuaron los conflictos y bajó el nivel de tolerancia. Llegar a acuerdos fue todo un desafío.

El boom por la cocina


Punto y aparte merece la tarea culinaria, que sorpresivamente fue una tarea agradable para la mayoría de las participantes, ya que dicen conocer el arte de las ollas. Por otro lado, reconocen que cocinar tantas veces por días fue agotador: cumplir con un menú de 4 comidas diarias todos los días, durante tantos meses, no es algo sencillo ya se necesitan cuotas extras de creatividad gastronómica. Paula agrega: “ lo que si me estresó es pensar en que cocinar todos los días sin descanso”.

Laura, profesora de Educación Física.

El estado del país bajo la lupa


Una de las preguntas de temer fue saber sobre cómo ven a la Argentina. Lamentablemente el 100% de las encuestadas dijo que ven muy mal al país, con pocas medidas pensadas para el largo plazo. Muchas confiesan que no ven progresos en educación, economía, salud, etc..

Ana Paula hace hincapié en la desigualdad social, tema que la preocupa ya que este país necesita políticos que ofrezcan iguales oportunidades a todos sus habitantes. Destaca que los ricos atravesaron la cuarentena cómodamente mientras que los pobres tuvieron que asistir a merenderos para poder comer.

Carolina, terapeuta ocupacional.


Por otro lado, Rosa, jubilada de 69 años, nos dice que no ve amor ni respeto entre los ciudadanos. Agrega que no somos un pueblo unido ni soberano y que carecemos de compromiso en el trabajo diario. Paola y Carolina agregan que al no haber seguridad jurídica y políticos serios, ninguna empresa quiere venir a invertir, por lo que no se genera trabajo y crecimiento socio económico de calidad.

Susana se hartó de la cuarentena infinita, y opina que no sirvió de mucho; "que cada uno se haga responsable de su salud y cuidado con el prójimo". El encierro nos ha hecho muy mal a todos.

Laura, 48 años y empleada doméstica dice que ve mucha vagancia en la sociedad e inseguridad en las calles. Ella vive en Merlo, provincia de Buenos Aires, y dice que tiene miedo a los robos porque fue víctima de asaltos en varias oportunidades.


Es muy interesante observar que al preguntar sobre si extrañaban hacer shopping, el 90% respondió que no. Rosa, (69) dice que aprendió a valorar más lo que tenía en casa porque antes no se detenía a mirar. Susana agrega, que estaría bueno poder probarse la ropa cuando va a algún local ya que le resulta difícil dar con el talle indicado.

Carolina confiesa que ella se conformó con las compras virtuales. Otras dicen que solo compraron lo que necesitaron para sus hijos porque crecieron muy rápido en este tiempo y necesitaban reponer la ropa que ya les quedaba chica.


En cuarentena, todas coincidieron que tuvieron más tiempo para hacer cosas que antes no hubieran podido. Andrea se la pasó haciendo pan casero y budines. Rosa y Laura R, hicieron maratones de series, escucharon música y jugaron a las cartas. A Carolina le gustan las tareas manuales así que realizó artesanías, pintó y arregló cosas en su casa. Susana, Rosa, Carla y Laura aprendieron a meditar y eso les ayudó a bajar la ansiedad. Ana, Susana, y Laura, aprovecharon para estudiar y capacitarse online. Ana Paula aprendió taichi. En cuarentena también surgieron emprendimientos propios como el de Reina Catalina que fabrica almohadones artesanales. Algunas aprovecharon a tejer, ya que esa tarea les resulta terapeútica, creativa y útil.

Balance 2020


Finalmente al consultar sobre si la cuarentena y aislamiento social les dejó alguna enseñanza varias admiten que se pusieron a reflexionar sobre su vida, si estaban trabajando para cumplir sus sueños. Hicieron una evaluación de cómo estaban hoy con sus parejas, trabajos, proyectos, o si se sintieron felices.

Otras confiesan que aprendieron a pensar en el hoy y en no planificar todo tanto. Laura dice que se conectó con su parte más espiritual y con la fe en Dios, lo cual la ayudó a superar algunos problemas de la vida diaria. Ana Paula confiesa que tuvo que aceptar que no va a ver a sus hijos por un largo tiempo y está aprendiendo a amarlos a la distancia.



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