Minimalismo cálido, simpleza rústica, naturaleza en estado puro; el wabi sabi, la corriente japonesa que reivindica "la belleza de lo imperfecto" es la tendencia deco más efectiva cuando se busca un ambiente que exhale relax.
Para el pensamiento wabi sabi, nada es perfecto, nada es permanente, nada está completo.
Armar una casa completa en clave wabi sabi no parece sencillo ya que hay despojarse de excesos al máximo, pero sí se pueden crear rincones o espacios completos que sean nuestro santuario. Aquí las claves para lograrlo:
El wabi sabi no puede ser tratado como un simple estilo de decoración japonés si no como un estado de animo capaz de crear ciertas atmósferas. Una manera de percibir el mundo, eliminar lo superfluo y darle rienda suelta a lo esencial.
La corriente japonesa reinvidica el uso de materiales en su estado más puro, prácticamente sin tratar. Maderas al natural o con las marcas del paso del tiempo, textiles puros (lanas, fibras, fieltros), muchas fibras, pasan a un primer plano.
Wabi deriva de la raíz wa, que refiere a la armonía, la paz, la tranquilidad y el equilibrio. Una persona Wabi, se conforma con muy poco y comprende la sabiduría de la naturaleza. Sabi hace referencia al paso del tiempo y significa entender que la belleza es efímera.
Decididamente, los colores del wabi sabi son los neutros: arenas, grises en todas sus gamas, blancos y beige; en esta tendencia, los tonos plenos o estridentes no tienen lugar.
En general las paredes aparecen "peladas", sin cuadros ni adornos. Lo que se luce en el wabi sabi es la pared misma con sus imperfecciones, sus marcas, la veta cruda del material: en general revoques rústicos, ladrillos a la vista o pinturas gastadas.
Las marcas del paso del tiempo son arte para wabi sabi. Las paredes tienen textura nunca son lisas y perfectas: se descascaran, hacen arrugas, muestran sus ladrillos a la vista. Tienen trama.
Plantas, ramas secas, arena; la naturaleza siempre encuentra un lugarcito en los ambientes estilo wabi sabi.
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