Texturas que narran historias, espacios que evocan tiempos pasados y una estética que transforma lo desgastado en sofisticación.
El decay chic es un estilo decorativo tendencia que revaloriza el paso del tiempo y convierte el desgaste en un lenguaje visual lleno de fuerza y carácter.
¿Viejo, imperfecto, machado, roto...?¡No importa! En la era de la “posdeco”, las redes sociales consagran y multiplican el encanto elegante de la belleza imperfecta.
¿Qué es el decay chic?

Nacido en Europa dentro del mundo del interiorismo y la arquitectura, el decay chic propone una mirada distinta sobre los ambientes envejecidos.
Es la estética que aplicó la actriz y comunicadora visual Rocío López Ferreyra en su singular remodelación deco casera y artística de la pared del living. Fue viral en redes sociales y esta semana la presentamos como anfitriona de para ti DEPTO #16.
Donde muchos ven defectos, este estilo decorativo lee historias y ve belleza: la pintura que se cae, la madera gastada, las manchas en el mármol o el metal oxidado se transforman en protagonistas estéticos. Son señales de vida y el uso que no se ocultan, sino que se celebran y revalorizan estéticamente.
Lejos de buscar lo nuevo y perfecto, el decay chic apuesta por lo auténtico. No es una estética del descuido, sino del relato: cada grieta, cada textura cuenta algo.
El tiempo deja huellas, y este estilo las convierte en parte del diseño. Así, un mueble antiguo no se restaura para parecer nuevo, sino que se conserva con todas sus marcas, resaltando su historia y singularidad.
5 características y claves del decay chic

1.Contraste e intención. Una de las claves más atractivas de este estilo es el contraste.
El decay chic no se limita al look ruinoso, sino que lo mezcla con elementos modernos y más refinados para lograr un efecto visual poderoso.
Así, una pared con revoque descascarado convive con una lámpara de cristal; un sillón de terciopelo aparece en medio de un espacio sin pulir. Y esa tensión entre lo deteriorado y lo sofisticado y elegante genera ambientes singulaers, dramáticos, cargados de nostalgia y romanticismo oscuro.
2.Spots escenográficos y con alma. Estos espacios suelen evocar palacios antiguos, talleres abandonados o casas con ¡muchas vidas!
No es casualidad que el decay chic es uno de los favoritos en producciones fotográficas y escenografías que buscan un entorno con carácter, imperfecto pero encantador.

Las paredes texturizadas (originales o recreadas), el ladrillo expuesto o el concreto a la vista aportan un telón visual lleno de capas y profundidad.
3.Muebles y objetos que inspiran. En este universo, lo vintage no es solo decoración: es identidad. Los muebles recuperados, con su pátina original, las sillas oxidadas, los espejos manchados, los marcos antiguos y los objetos de otra época son piezas clave.
Todo lo que muestre signos de uso tiene lugar en esta estética que revaloriza lo que fue y todavía puede ser.
4.El toque de la iluminación. La luz juega un rol central en el decay chic. Las lámparas retro con pantallas gastadas, las bombitas de filamento o incluso la luz natural filtrada por cortinas pesadas ayudan a construir ese ambiente teatral, casi cinematográfico, que define al estilo. Todo está pensado para crear una atmósfera íntima y emocional.

5.No es abandono, es elección. Aunque muchas veces se asocia lo deteriorado con el abandono, este estilo propone todo lo contrario: es una elección consciente. Nada está dejado al azar, y cada signo de desgaste tiene intención estética. No se trata de una casa descuidada, sino de un hogar que celebra el paso del tiempo con elegancia.
Consejos para aplicar el estilo decay chic en tu casa

El decay chic invita a mirar los espacios desde otro lugar. A dejar de buscar lo nuevo para empezar a valorar lo vivido. A entender que el encanto de una casa puede estar en sus huellas, no en su perfección. Y que la belleza, muchas veces, se esconde en lo que otros decidieron descartar.
¿Querés probar... necesitás ponerle onda y estilo a una imperfección sin solucionar en tu casa? Tomá nota de estas claves y consejos para aplicar el decay chic en tu casa.
Decorá las imperfecciones. Grietas, decoloraciones, superficies desgastadas o detalles oxidados pueden convertirse en verdaderos puntos focales. Lo que antes se consideraba un defecto, ahora suma personalidad y autenticidad.
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Elegí materiales con carácter. Apostá por materiales que hablen por sí solos: madera envejecida, metales con pátina, mármol manchado, telas rústicas o cuero gastado. Las texturas juegan un papel fundamental para crear profundidad visual.
Sumá objetos con historia. Incorporá muebles antiguos, restaurados con un toque decay que conserve su esencia. También podés buscar objetos de otra época en mercados de pulgas, ferias o tiendas vintage: espejos manchados, jarrones de cerámica agrietada, candelabros, marcos envejecidos.
Estuco: el material inesperado. El estuco, ese material tradicionalmente usado en exteriores, se ha convertido en un recurso perfecto para lograr paredes texturizadas en interiores. Su acabado irregular aporta dramatismo y una estética orgánica que encaja perfecto en el universo decay.


Contrastes bien pensados. Combiná lo desgastado con piezas modernas y limpias: por ejemplo, una mesa de hierro oxidado con sillas de diseño minimalista, o un sofá tapizado en lino deshilachado junto a una lámpara contemporánea. El contraste entre lo ruinoso y lo sofisticado es el corazón de esta tendencia.

Cuidá la iluminación. Las luces tenues y cálidas generan una atmósfera melancólica y envolvente. Usá lámparas vintage o veladores con pantallas opacas para potenciar ese aire teatral y nostálgico.
Menos es más. No hace falta llenar todo el ambiente de elementos decay. Un solo rincón puede transmitir el espíritu del estilo: un muro texturizado, una pieza vintage bien elegida, o una combinación sutil de materiales. El equilibrio es la clave.


