Desde Brisbane, Australia, a Argentina, Ciudad de Buenos Aires, barrio de Villa Crespo, edificio Mirabilia 851.
Así fue el largo viaje de regreso a su país de origen del diseñador Alexander Lotersztain que presentó su mobiliario de autor en el hall del innovador edificio corporativo y compartió una charla inspiradora sobre su “aventura” personal y los desafíos, riesgos y claves del diseño contemporáneo.
Es la primera vez que el diseñador argentino, reconocido entre los 100 más influyentes del mundo, realiza un proyecto de su autoría en nuestro país, y vino para contarlo.

Lo hizo en el marco del encuentro “Experiencias Mirabilia” en la que compartió su visión de creatividad, innovación y propósito junto a un grupo de profesionales del interiorismo, el diseño y la arquitectura.
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Conociendo a Alexander Lotersztain: en primera persona

Creatividad e innovación, filosofía sustentable y propósito, y sobre todo una mirada que redefine el diseño contemporáneo y sus desafíos fueron algunos de los temas de conversación que el diseñador argentino radicado en Australia y fundador de Derlot compartió durante su presentación en Mirabilia 851, en Fitz Roy 851.
En el hall de acceso del nuevo edificio corporativo AAA en Villa Crespo donde firmó el mobiliario del hall de acceso, transcurrió una cálida e inspiradora charla & entrevista que llevó adelante Luisa Norbis, Gerente de Diseño de la Dirección General de Industrias Creativas del Ministerio de Desarrollo Económico de la Ciudad de Buenos Aires.
El diseño on demand de Alexander Lotersztain

Alexander Lotersztain nació en Argentina, pero desde hace más de dos décadas vive en Australia, donde creó el prestigioso estudio con sede en Brisbane que hoy lo posiciona entre los 100 diseñadores más influyentes del mundo.
Su condición de “diseñador nómade” -también vivió en Tokio, en Milán y en Barcelona- forma parte de su lenguaje y huella de autor/creativo que mezcla culturas, materiales, funcionalidad y emoción, con una estética que él mismo define como “sutil audacia”.
“No necesitamos más muebles”, afirmó Lotersztain durante su presentación en la que contó sobre su proceso de fabricación 100 % on demand, de manera sustentable y responsable.

“Como marca de mobiliario, somos un estudio de diseño. Ese es nuestro diferencial”, explicó. Y en esa frase se resume su filosofía: pensar el diseño no solo como función o estética, sino como un modo de habitar el mundo.
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De Instagram a Mirabilia: un proyecto que ¡comenzó con un chat!

La historia detrás del primer proyecto de Alexander Lotersztain en Argentina parece increíble, pero es (tan) actual.
Desde su teléfono móvil en Australia, el diseñador y Gustavo Esses, arquitecto y socio de Mirabilia, comenzaron a seguirse en IG y a enviarse mensajes. Y ese vínculo como “Instagram buddies” -tal como ellos mismos se definieron- siguió adelante y creció, hasta transformarse en el principio de una colaboración que hoy es una realidad que los colma de orgullo.
El mobiliario diseñado por Alexander Lotersztain no busca impresionar sino dialogar con quien lo usa y ser fiel a su concepción. Así, la piezas que lo integran son modulares, flexibles, “vivas” y adaptables a las dinámicas del moderno edificio porteño ya en actividad.
Además de mobiliario contemporáneo, su práctica y usina creativa abarca luminarias, objetos, interiores y espacios públicos: desde hoteles y aeropuertos hasta plazas urbanas. En todos los casos, el hilo conductor es el mismo: crear experiencias humanas a través del diseño.
Las palabras clave de Alexander Lotersztain

Durante su paso por Buenos Aires, Lotersztain compartió reflexiones tan simples como profundas sobre el camino creativo y la búsqueda de identidad en el mundo del diseño. Y en el cuaderno de apuntes de su charla Experiencias Mirabilia anotamos:
“Enfocarse solo en aquello a lo que te quieres dedicar, sin dispersiones”.
“No trabajar para nadie”
“Para destacarse hay que generar algo diferente a lo que está pasando”.
“Tomar riesgos”.
“Tenemos que ser constantemente curiosos y estar al tanto de las innovaciones fuera de lo que hacemos”.
Cada frase fue una invitación a repensar el propósito del diseño en un contexto global donde la autenticidad y la innovación se vuelven esenciales. Porque más allá de la estética o la técnica, lo que Lotersztain propone es una mirada honesta y sensible sobre la creación.
“El diseño no es un fin en sí mismo. Es una herramienta para mejorar la vida, para conectar, para generar emoción”.
Fotos: Christian Beliera.
