Parece un alga pero no lo es. El helecho azul es una de las variedades más novedosas para tener en casa.
Su nombre científico es Phlebodium aureum y tiene una particularidad que la hace especial: sus hojas jóvenes son largas y rizadas, como si fueran algas bajo el mar, y sus hojas viejas se van ramificando hasta adquirir una forma similar a las estrellas -de ahí su otro nombre popular "estrella azul"-. Además, tienen un bellísimo color verde azulado.
Relativamente fácil de cultivar, el helecho azul es una planta epífita, típica de las de las selvas lluviosas de la América tropical y subtropical, por lo que no está acostumbrada a tener sus rizomas siempre húmedos, así que hay que ser muy cuidadosos con los riegos y hacerlo siempre sin encharcar.
Al igual que los helechos tradicionales, tiene la capacidad para purificar el aire eliminando sustancias volátiles potencialmente tóxicas.
El helecho azul es una fuente de propiedades medicinales y se emplea actualmente en la elaboración de medicamentos, en su mayoría para tratamientos dermatológicos. Entre otros beneficios, los extractos obtenidos de esta planta protegen la piel de la acción nociva de los rayos ultravioletas y sirven para tratar afecciones como la dermatitis atópica o la psoriasis.
Cómo cuidar un helecho azul
- Luz y ubicación: en interiores con buena luz natural pero tamizada, evitando los rayos directos del sol.
- Temperatura: las ideales oscilan entre los 15°C y los 30ºC. Se recomienda protegerla de todas aquellas inferiores a 5°C ya que podría no resistirlas.
- Riego: moderados, evitando siempre los encharcamientos.
- Sustrato: al tratarse de una planta epífita tiene que ser ligero y bien drenado.
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