Es un desierto de ropa. Literal. Son más de 300 hectáreas de montañas con toneladas de prendas provenientes de Estados Unidos, Europa y Asia, algunas sin estrenar. Esto es en el desierto de Atacama, en el norte de Chile, que hoy es un cementerio de ropa y recibe el nombre del Basurero del Mundo.
En estas montañas de ropa apilada se puede encontrar de todo: zapatillas, abrigos, vestidos, guantes... Y genera un gran problema ambiental porque está contaminando los suelos de esta región.
En enero de 2022, la BBC publicó una investigación en donde precisó que este cementerio de ropa tiene más de 15 años. A Chile ingresan por el puerto de Iquique varias toneladas de prendas ya usadas. La ropa que llega en los contenedores provenientes de diversos puntos no ha sido vendida o tiene fallas. Ni bien llega al puerto, se selecciona: los importadores deciden qué ropa poner a la venta y la que no sirve la derivan al desierto de Atacama.
Se calcula que son más de 300 las hectáreas del desierto de Atacama que están cubiertas de desechos textiles. "De las 59.000 toneladas que se importan cada año, gran parte de ellas -se calcula que alrededor de 40.000- no se vende y termina en basurales clandestinos", dice el informe de la BBC.
Camiones cargados con fardos de ropa usada entran y salen de la Zona Franca de Iquique, más conocida como "Zofri". Allí, en un inmenso parque industrial operan más de 1.000 empresas aprovechando el beneficio de estar exentos de impuestos.
La ropa que no sirve, los importadores de la zona franca contratan fleteros, o un camión recolector, y les pagan para que vayan a desechar a cualquier parte. Y es así cómo termina en el desierto.
La industria de la moda es una de las más contaminantes del mundo, después del petróleo: es responsable del 8% de los gases de efecto invernadero y del 20% de desperdicio total de agua a nivel global, según un informe de la ONU.
Además, la mayoría de las prendas están hechas de poliéster, un polímero sintético que tarda más de 200 años en degradarse. Con el paso del tiempo, estas prendas se empezarán a desgastar liberando microplásticos que se dispersan en la atmósfera, afectando gravemente al ecosistema.
Por otra parte, estos desechos textiles suelen quemarse, con lo cual existe los incendios que se provocan son de grandes proporciones y duran días.
Por esto es tan importante que se valore más la moda circular: dejar de producir tanta ropa y reciclar lo que ya tenemos.
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