En verano, el jardín exige más atención y sentido común, no solo para mantenerlo impecable, sino también para prepararlo cuando llegue el frío. En esta nota, Mechi González Prieto nos comparte sus mejores tips de experta para lograrlo. ¿Manos a la tierra?
Está claro que en verano las tareas de jardinería adquieren otro ritmo. En esta época, los cuidados del jardín se vuelven aún más imprescindibles y exigen cierta atención y sentido común, no solo para mantenerlo impecable sino también para prepararlo cuando llegue el otoño y las temperaturas más frías.
Es por eso que en esta nueva edición de Manual de Jardinería, Mechi González Prieto (@mechi_deraiz) nos cuenta cuáles son las 10 tareas más importantes para hacer ahora.
Las altas temperaturas pueden ser verdaderas enemigas para nuestras plantas y es ahora cuando los riegos exigen más cuidado.
Y es que, como bien sabemos, regar las plantas cuando están más expuestas al sol y al calor es contraproducente, ya que, además de haber más evapotranspiración durante el día y perder el agua recibida, pueden llegar a producirse quemaduras en sus hojas y la aparición de hongos. Es por eso que resulta fundamental saber cuándo, cuánto y cómo regar.
Lo ideal es cortar poco pero con mayor frecuencia, además de ir cambiando la dirección y el patrón de corte para que las raíces de la hierba no se presionen en la misma dirección.
Por otro lado, desde principios de la primavera, es aconsejable abonar el césped cada cuatro o cinco semanas, ya que necesita nitrógeno, potasio y fósforo (podés encontrar a la venta mezclas de abonos especiales para césped y en los envases se indica la cantidad que debe usarse).
La frecuencia de riego para el césped depende de la temperatura y la humedad. Si se desea, se puede dejar que los sistemas de riego y aspersores automatizados, inteligentes y programables se encarguen de todo el trabajo.
Si bien es fundamental realizar el abono y fertilización en primavera, en verano también es importante hacerlo (la frecuencia es menor pero nunca está de más fertilizar y abonar). Lo ideal es utilizar abonos orgánicos, como compost y humus de lombriz.
En esta época, hay que estar atentos a las malezas que aparecen entre los canteros de herbáceas, no solo para mantener la prolijidad y limpieza del jardín, sino porque resulta mucho más fácil hacerlo paulatinamente.
Por lo general, muchas de las malezas pueden extraerse con medios mecánicos o manuales, pero en cualquiera de los casos es muy importante sacar la máxima longitud de la raíz posible para impedir que vuelvan a crecer. Si aún así no hay forma de que desaparezcan, podés recurrir a los herbicidas.
Esta actividad ayuda a mantener limpio nuestro jardín y favorece a la nueva floración de la planta. Por eso, a menos que queramos cosechar semillas de alguna planta, lo mejor es cortar las flores marchitas. En el caso de querer semillas, podemos dejar algunas flores, preferentemente en la parte trasera de la mata.
Por otro lado, en esta época hay muchas herbáceas que están en plena floración y sentimos que es una picardía podarlas. Sin embargo, hay que bajar la mata al menos 1/3 para que reflorezca y tener un otoño a pura flores. Con los restos de poda, podemos aprovechar y llenar de floreros el hogar y hacer gajos.
Para los rosales, el tratamiento es distinto y varía según el tipo:
Es importante darle protección a las plantas. Si bien muchas especies son resistentes al sol, el agujero de ozono hace cada vez sea más difícil soportar los rayos ultravioletas. Algunos de los métodos más eficaces para evitar pérdidas por sequía son:
La recolección de semillas es una parte muy importante. En la huerta, hay que estar atentos y dejar florecer algún cultivo como rúcula, albahaca o lechuga, así tenemos semillas propias para las próximas temporadas. Lo mismo con las herbáceas anuales como zinnias, cosmos, amapolas, entre otras.
Se recomienda guardarlas envueltas en sobrecitos de papel en un lugar seco, oscuro y fresco, para sembrar cuando así lo requiera el cultivo.
El verano es el mejor momento del año para la huerta: con él llega la cosecha. Maíz, tomates, zapallitos, pepinos, frambuesas, berenjenas, pimentones, son algunas de la delicias que recolectaremos. Algunos árboles frutales también nos brindan riquísimos postres, como el durazno, los higos, las uvas, las ciruelas, almendras, nueces, entre otros.
En esta época también se puede comenzar a elaborar almácigos para la temporada (pueden ser con lechuga, acelga, brócoli, repollo, espinaca, apio, cebollas, rabanito y puerros).
También se puede sembrar de forma directa habas y arvejas que contribuyen a mejorar el suelo, ya que son plantas que brindan nitrógeno a la tierra.
Hay que tener en cuenta que algunas plagas, como las hormigas, no descansan jamás. Observar y prevenir es la mejor forma de mantener las plagas y enfermedades lejos del jardín.
El jardín da mucho al mismo tiempo y está bueno organizar la cosecha para que dure durante el año y no se pudra en la planta o heladera. Todo se puede aprovechar mediante recetas innovadoras, conserva de morrones, secado de aromáticas, mermeladas y hasta recetas con flores comestibles.
Fotos: Pinterest.