Ubicado sobre la elegante Avenida del Libertador, el Palacio Errázuriz Alvear es mucho más que un edificio: es el gran exponente de la Belle Époque en Buenos Aires. Hoy en día alberga al Museo Nacional de Arte Decorativo, pero su historia comenzó más de un siglo atrás, como residencia de Josefina de Alvear y Matías Errázuriz Ortúzar.
En una nueva edición de Historias de Cemento, junto a Cementos Avellaneda, recorremos este edificio inspirado en los interiores de Versalles que deslumbra en la ciudad.
Así es por dentro el Museo Nacional de Arte Decorativo
Datos y curiosidades Cementeras
Diseñado por el arquitecto René Sergent, el Palacio Errázuriz Alvear está inspirado en el clasicismo francés del siglo XVIII y tiene referencias directas a los interiores del Palacio de Versalles. Fue un encargo de la familia Errázuriz Alvear, formada por Matías Errázuriz Ortúzar, hombre de negocios chileno, y Josefina de Alvear, miembro de una de las familias más tradicionales de la élite argentina.

El edificio se construyó entre 1911 y 1918. Como resultado del estallido de la Primera Guerra Mundial, la obra se demoró, pero su esplendor no se detuvo: nada impidió que los más reconocidos diseñadores y decoradores europeos de la época crearan las distintas salas y espacios de este palacio, realizado casi íntegramente con materiales traídos de Europa.

Museo Nacional de Arte Decorativo: sus postales porteñas de estilo parisino
Hoy en día, el Museo Nacional de Arte Decorativo rankea alto entre los puntos más instagrameables de Buenos Aires. Desde su fachada monumental con macizas columnas corintias hasta la puerta de hierro negro que recrea el portal de la Escuela Militar del Campo de Marte en París, cada detalle del palacio remite al lujo europeo.

Pero sin dudas, el Gran Salón renacentista se lleva todas las miradas. Es el espacio más grande de la residencia y el único con doble altura, coronado por un techo con artesonado y vidrios estampados y un piso de parquet con estrellas diseñadas en madera de arce y nogal.
La decoración del palacio refleja el estilo de vida de la alta sociedad porteña de principios del siglo XX. En sus salas se exhiben muebles, esculturas, tapices, porcelanas y obras de arte de autores como El Greco, Corot, Fragonard y Manet, entre otros. Estas piezas abarcan desde el siglo XIV hasta el XX y forman parte de la colección permanente del museo.

La familia Errázuriz-Alvear residió en este edificio durante solo dos décadas, mientras alternaba su vida palaciega con estadías en el campo, en el mar o en largos viajes por Europa. Luego de la la gran crisis de 1929, Errázuriz, ya viudo, decidió vender la mansión al Estado argentino, con la condición de convertirla en un museo. Así fue que nació el Museo Nacional de Arte Decorativo, que desde 1937 preserva el espíritu del palacio y lo pone al alcance del público.

“Versalles” en Buenos Aires: arte contemporáneo en clave histórica
Además del la colección permanente del museo, el espacio recibe distintas muestras temporales. Hoy en día, los visitantes pueden recorrer una exhibición que establece un diálogo muy particular entre pasado y presente. Se trata de “Versalles”, una muestra del artista argentino Nahuel Vecino, que reinterpreta la pintura francesa del siglo XVIII y XIX desde una mirada contemporánea.
La muestra del artista argentino toma la escenografía original del palacio porteño para expresar su poderosa mirada a través de las distintas salas. Así, la integración de lo clásico y lo contemporáneo se consuma a través de una fantástica puesta en escena que incluye un cubo central en total blanco en el Gran Hall y otro de un rojo intenso.