Es una de las variedades más coloridas y recomendadas para los últimos fríos del año. No necesita cuidados muy exigentes y es perfecta para alegrar los exteriores aún cuando el termómetro casi roza el bajo cero. Conocela mejor y mirá cómo incorporarla. ¡No te vas a arrepentir!
Durante la temporada más fría del año, patios y jardines pueden igual llenarse de color con algunas especies bellísimas que desafían el termómetro con unas flores preciosas y a todo color.
Y una de las que encabezan el top son las llamadas Pensamiento (Viola x wittrockiana, su nombre científico).
De todas las plantas anuales de desarrollo invernal, el pensamiento es, sin duda, la más florida de todas.
Se trata de una planta híbrida bianual -que produce hojas el primer año y el segundo flores- obtenida de la especie silvestre Viola tricolor.
Es nativa de Europa y no deja de florecer durante todo el invierno, alcanzando su máximo esplendor los últimos días de la estación. Pero es a principios de la primavera, con los primeros calores, que la planta decae.
Para alargar su época de floración, un tip muy recomendado consiste en sacar las flores marchitas y cortar las puntas de los tallos para que broten nuevos capullos.
A pesar de ser una planta de tamaño reducido (no supera los 25cm) con sus bellísimas flores que pueden ser de diferentes colores y variantes, tiene el poder de llenar de vida cualquier espacio, desde un amplio jardín o un patio hasta una terraza o un mini balcón.
Además, hay variedades con flores de cinco pétalos aterciopelados redondeados que pueden ser grandes o intermedios, con colores dobles, con el color puro... ¡Para todos los gustos y estilos!
Esta especie suele estar a la venta en viveros y se recomienda elegir las más compactas con capullos pero con pocas flores.