Es argentina, se fue a vivir al exterior y de su experiencia "migratoria" supo crear un emprendimiento - Revista Para Ti
 

Es argentina, se fue a vivir al exterior y de su experiencia "migratoria" supo crear un emprendimiento

Fabiana Gallardo es una joven argentina que tuvo que migrar a Bruselas en 2003 y creó una red de psicólogas compatriotas que residen en el exterior para que puedan brindar sus servicios aprovechando el recurso de la terapia on line, como puente también para ayudar a otros migrantes que deben atravesar el desarraigo y la adaptación a nuevos estilos de vida. 
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Hay experiencias que solo una vez vividas se pueden comprender en su totalidad. Migrar es una de ellas. Solo quien dejó su patria para empezar de nuevo puede entender lo complejo que resulta acostumbrarse a una cultura nueva, a vivir lejos de sus afectos y construir nuevas relaciones (y eso es sólo una pequeña parte de todo lo que encierra esta decisión). De este tema conversamos con Fabiana Gallardo, quien arma valijas muy a menudo y desde hace rato, y se dedica a ayudar a personas que, como ella, transitan este proceso por el mundo.

Fabiana con su familia intercultural.

Fabiana es psicóloga, argentina, vive en Bruselas y se especializa en migración. Una mujer que supo aplicar por partida doble el concepto de emprender: primero, al irse y abordar esa aventura, y luego por ser pionera en terapia online, un recurso que le permitió allá por el 2003 "llevarse consigo" a sus pacientes y que no para de crecer. 


-Para irte y no por ello dejar de trabajar de lo que te apasiona tuviste que usar dos regla básicas de todo emprendedor: la creatividad y la innovación: ¿Cómo fue este proceso? 


-¡Es que me enamoré de un francés! Y en 2003 mi vida pasó a ser un ir y venir entre Europa y Argentina (en lo que fue mi noviazgo) y para conservar la continuidad de mis pacientes se me ocurrió hacer con ellos videollamadas los meses que no estaba en el país. Ya para cuando me mudé definitivamente a Bélgica, tanto para mí como para ellos era bastante natural tener los encuentros de manera virtual y sinceramente lo que hoy por el Covid se estableció como muy normal, para mí era un método de trabajo totalmente consolidado desde hace muchos años. 

Fabiana supo capitalizar la experiencia de migrar en un emprendimiento.


La necesidad de Fabi de afianzar la consulta en el terreno de lo virtual no solo fue debido a su partida de Argentina… El trabajo de su marido-diplomático de la Unión Europea- la convirtió en algo así como una ciudadana del mundo y cuando tu vida pasa por armar las valijas muy seguido no solo te volvés en una experta en migrar, sino que buscar la manera en que tu trabajo pueda irse con vos permanentemente resulta fundamental. 

-Al escucharte decir que te especializaste en clínica para migrantes, me hiciste pensar que la capacidad de usar a favor tu vida personal y aplicarla en la carrera es lo que te hizo marcar la diferencia. Ver una ventaja donde otros quizás verían una limitación te hizo poder compatibilizarlo todo. Quién mejor que vos para entender a un migrante…


-Quizás si no me hubiera ido, no se me hubiera dado por ahí, pero mi propia experiencia de vida me llevó a descubrir esta pasión por ayudar a otros a poder afrontar este proceso. Y todos los demás ¡claro está! porque el tema no termina con adaptarse a otra cultura… Cuando uno se va, termina seguramente formando un pareja bicultural que luego se convierte, con la llegada de los hijos, en un familia intercultural… Y ahí te quiero ver… 

Formar una pareja intercultural


Claro, entendiendo esto vamos viendo como la decisión de irse del país a veces trae otras decisiones que también tienen un aire de particularidad. Parejas biculturales, familias interculturales y todo eso en un país quizás incluso ajeno a todos los integrantes de esta aventura. 


Fabiana tiene una familia compuesta por un hijo y un perro uruguayo, un marido francés y obviamente está ella que solo con escucharla hablar aplica perfecto a la frase : “Tener una familia intercultural es enriquecedor porque te da diferentes espacios de pertenencia. Un amor enorme por diferentes culturas y un sentido de pertenencia a sus culturas también.  Para sentirnos cómodos con esto que es tan rico, pero complejo, nosotros tratamos de incorporar en casa un lenguaje común compuesto por  el  hablar varios idiomas, unir diferentes idiosincrasias y costumbres, y así poder tener un poco de cada uno de nosotros en esta familia".


No es fácil, porque nunca es fácil cuando hablamos de parejas y de acuerdos de familia y de criar hijos… Y si a esto le sumamos las diferentes formas de concebir la crianza de un hijo o hija dado nuestro origen, se hace aún más cuesta arriba imaginar no morir en el intento: “Donde más se nota es en el modo de concebir la educación de un hijo. Nosotros -los argentinos-somos muy relajados en este aspecto y, por ejemplo, los franceses no. Tienen normas claras en cuanto a la alimentación, los horarios de los chicos y, cuando es así, que hay una marcada diferencia de culturas que chocan y que son válidas, es necesario generar un lenguaje común. Propio de esa familia intercultural, basado en el diálogo y con mucho respeto", explica Fabiana. 


Fabi no perdió el lunfardo argento, ni  tampoco su gusto por el mate -al que considera imprescindible- y cuenta, entre risas, que lo que más le “garpó“ de ser una argentina suelta por el mundo es la forma tan cálida que tenemos para relacionarnos con los demás. Su manera tan amigable de ser resulta muy atractiva a la hora de mudarse y comenzar de nuevo quién sabe por cuánto tiempo esta vez y en dónde…


"Para mí migrar es una forma de vida por ahora porque nosotros somos expatriados. El trabajo de mi marido lo requiere así y yo me llevo la clínica a cuestas y ya está. Se me hizo tan natural esta situación que si estoy mucho tiempo en un lugar a veces digo ¿no es hora de irme ya? Es raro, porque se me volvió tan natural como a su vez tan presente a la hora de entender qué se siente. Porque si bien nunca es igual que la primera vez, la verdad es que vivo este proceso muy a menudo, a través de mí y de mi hijo también, lógicamente", cuenta.

Un emprendimiento nacido de la experiencia


Parte de las ganas de entrevistar a Fabi en este espacio que inauguramos desde donde poder compartir historias de emprendedores surgió no solo porque emprende viajes y logró adaptar su trabajo a su forma de vida tan peculiar, sino porque tiene un enorme espíritu emprendedor y sus proyectos no tienen límites en cuanto a la distancia. Además, suelen ser inspiradores desde ese lugar de pensarlos como "hacia el mundo".

Fabiana con su marido.


-¿Qué es MIGRAR, tu nuevo emprendimiento? 


-Es un espacio en el que trabajamos junto con colegas argentinas todas migrantes (Bélgica- Israel-Holanda-España) para acompañar este proceso de migración a quienes lo necesiten, porque no es lo mismo haber pasado por la experiencia, que no. Uno puede ponerse en el lugar porque estamos atravesados por los mismas vivencias. Un emprendimiento que formamos donde brindamos talleres para familias, parejas e individuos con trastornos como la ansiedad, donde lo virtual nos permite derribar fronteras y nos une en este hermoso trabajo en equipo. 


La historia de Fabi tiene matices muy destacados en este concepto tan actual de emprender. Su historia me recuerda a muchas de las charlas que acontecen en nuestro taller de Personal Branding para emprendedores, donde se trabaja mucho la idea de usar nuestra propia experiencia de vida para diferenciarnos del resto y poder encontrar así un espacio desde donde destacarnos. Repensarnos, analizar cómo desde afuera nuestra propia individualidad es una herramienta que bien trabajada es sumamente útil para mostrar solidez en lo que sabemos.

Hoy las habilidades blandas importan tanto como un CV lleno de certificados y una buena experiencia recorrida. Utilizar nuestro bagaje personal, más allá de lo aprendido, para brindar una opción mucho más personalizada para el otro es clave. Y ella lo entendió clarísimo a la hora de reversionar su carrera e innovar en la terapia sin fronteras. 
Se puede definir de muchas manera a un emprendedor pero básicamente se trata de encontrarle la vuelta a algo que nos gusta y hacerlo redituable creándolo sin estructuras preestablecidas que nos compriman y nos limiten.

El marido de Fabiana es diplomático y por eso está acostumbrada a armar valijas y a mudarse.


El emprendedor, justamente, emprende y ya sobre la marcha va generando los recursos que necesita para crecer, y eso no es ser improvisado, es solo una nueva manera de encarar las cosas. Más cerca de la intuición y de la sensibilidad y en comunión con nuestra experiencia de vida.  Fabi es un ejemplo concreto de esta manera de pensar y vivir su profesión. 

Fuente: Por Sasa López Rodríguez es Directora Taller de Redes (@tallerderedes).

Más información en parati.com.ar

 

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