No le interesan otras medidas que no sean las propias. No se saca selfies para compartir su transpiración en Instagram. Ni tampoco le importa agradar al resto... Marita Gurruchaga (79) entrena porque sabe que de esa manera consigue su mejor versión.
“Lamentablemente, cuando yo era chica, las mujeres no hacíamos ejercicio ni nos dejaban ir al club. Así que yo dibujaba, leía y juntaba flores en el jardín. Pero ahora no hay día (incluso en cuarentena) en el que no me mueva”, explica esta abuela fit mientras nos muestra sus elementos de gimnasia.
Si bien nunca fue deportista, esta reconocida bonsaista argentina hizo de todo: fue a Pilates, musculación, aqua gym y hasta se compró una cinta para tener en su casa.
Sin embargo, a medida que pasaron los años, se fue desmotivando ante la poca atención que recibía en los gimnasios. “Es que cuando sos una persona grande, en la mayoría de los lugares te tratan como una vieja y te mandan una hora a la bici fija para sacarte de encima”, afirma Marita (@maritabonsai).
Para sorpresa de los habuties del gimnasio de Monserrat, Marita empezó a entrenar con Gustavo Aguirre, un personal trainer especialista en personas mayores. “Me enganché porque fue el primero en prestarme atención, no sólo te controla la rutina y si estás tomando agua... Se nota lo feliz que lo pone cada uno de nuestros logros. Es muy importante sentirse valorada”.
El entrenador Gustavo Aguirre indica que la clave a la hora de planificar entrenamientos para la tercera edad es preservar la masa muscular.
“Recuperar 500 gramos o 1 kilo de músculo en alguien mayor es muchísimo. Es agregarle años de vida... Y no sólo eso, ¡sino que mejora la calidad en todo sentido!”, aclara @gus_chino0 y agrega: “es importante aclarar que entrenar a una persona mayor es distinto que a alguien joven. Hay muchos factores a tener en cuenta, desde mejorar el sistema cardiovascular, fortalece los huesos y los protege ante lesiones”.
“Cuando empezó la cuarentena me dio mucho pena tener que dejar de ir al gimnasio porque me encantaba tener mi rutina y el compromiso de ir. Seguí haciendo los ejercicios que podía en casa como sentadillas, espinales, abdominales, el puente”, cuenta Marita, que cuenta que llegó a caminar !2 kilómetros! mientras tomaba sol recorriendo su jardín.
Hoy tiene un kit con mancuernas y bandas. Sin embargo, ella aclara que no son imprescindibles. “Les recomiendo a todas que tengan las manos ocupadas porque así te asegurás de siempre estar haciendo algo creativo y evitamos caer en la depresión. Además, es fundamental mantener una rutina y que no falte el ejercicio físico. Es fantástico porque te ayuda a dormir mejor, sentirte más fuerte, evita enfermedades. Me parece maravilloso mover el cuerpo. Bajamos al jardín con mi marido, el se queda sentado y yo hago ejercicio”.
Las claves de Gustavo Aguirre, entrenador especialista en adultos mayores.
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