La autopercepción define cómo nos vemos y sentimos, más allá de las medidas concretas del cuerpo. Aunque el término suele asociarse a la identidad de género, también aplica a la mirada subjetiva sobre cualquier parte corporal, incluidos los genitales.
El cuerpo cambia con el tiempo, y con él también la experiencia personal. Hoy, gracias a una mayor expectativa de vida y al cuidado físico, muchas personas mantienen una actitud vital y un sentimiento de bienestar. Sin embargo, esa autopercepción puede verse afectada por ideales estéticos y sociales que generan inseguridad, incluso cuando el cuerpo está dentro de parámetros considerados “normales”.
Cuando los genitales no se ajustan al ideal
Tanto en hombres como en mujeres, el tamaño y la forma de los genitales puede generar disconformidad. En los varones, los complejos suelen centrarse en el tamaño del pene en estado flácido; en las mujeres, en la apariencia de los labios menores, especialmente cuando sobresalen por encima de los mayores.
Esta insatisfacción muchas veces no responde a una condición clínica real, sino a una comparación constante con estereotipos promovidos por el cine porno, las redes sociales o las presiones del entorno. Como señala el Dr. Ghedin, existe una creciente tendencia a considerar que hay una “vulva hegemónica”, lo cual es una construcción errónea que afecta profundamente la autoestima.
El peso de los mandatos y la cultura
En los varones, la virilidad aún se asocia a la potencia sexual y a tener un pene grande, fuerte y dominante. Esta expectativa se instala desde la infancia, reforzada por modelos culturales difíciles de desarmar. En paralelo, muchas mujeres sienten que sus vulvas no cumplen con lo “esperado”, especialmente después de partos o con el paso de los años.
Según el Dr. Ghedin, las mujeres heterosexuales tienden a ser más críticas con su apariencia genital que las homosexuales, probablemente porque anticipan un juicio masculino basado en esos mismos estereotipos visuales.
Qué muestran los estudios
Un estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine en 2022, basado en una muestra amplia, reveló que el 38% de las personas encuestadas estaba disconforme con el tamaño de sus genitales. Además, el 13,7% de las mujeres con labios menores prominentes y el 11,3% de los hombres con pene pequeño considerarían una cirugía estética.
Cabe destacar que, en muchos casos, las medidas estaban dentro del promedio: el pene flácido promedio era de 12,5 cm, y los labios menores apenas sobresalían 0,76 cm por sobre los mayores.
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Consecuencias de una imagen negativa
Una percepción genital negativa puede llevar a evitar situaciones sexuales (como recibir sexo oral o mostrarse desnudos), o a usar estrategias de ocultamiento y comparación constantes. Esto deriva en un aumento del malestar emocional, inhibiciones y fobias sexuales que muchas veces requieren abordaje terapéutico.
En hombres, la resistencia a consultar a un sexólogo es alta, y la búsqueda de “soluciones rápidas” suele llevar a decisiones como la cirugía, sin tratar el problema de fondo, que suele ser psicológico más que físico.
Por el Dr Walter Ghedín, psiquiatra y sexólogo
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