Empezó diciembre y se nos viene una seguidilla de eventos. Pero disfrutar no tiene por qué ser sinónimo de exceso y despilfarro. "Hacerlo de forma responsable, sin comprometer los recursos para las generaciones futuras, es posible", afirma Maite Durietz Licenciada en gerenciamiento ambiental.
Llegó la hora de decorar nuestras casas para los grandes festejos de fin de año. Bolas de colores, lucecitas por doquier y pesebres o muñecos y otros productos con la cara de Papá Noel. "Salir a comprar estos adornos cada año es un desperdicio, en términos económicos y ecológicos. Comprar menos, elegir mejor y hacer durar las cosas, es clave para reducir nuestro impacto", añade la especialista.
En este sentido, remarca la posibilidad de salir de lo tradicional y apelar a la creatividad: "Tener un arbolito no es indispensable, podemos decorar las plantas que ya tenemos, tanto de interior como de exterior, los estantes y puertas de nuestras casas y asignar un espacio que nos guste para acomodar los regalos".
Hay muchas maneras de crear un arbolito, sostiene: "Podemos armar un arbolito de manera creativa, apilando libros, por ejemplo. Y en caso de que optemos por comprar uno, es importante elegirlo a conciencia, que sea un producto bueno y duradero", explica.
Recordar las 3 R: reducir, reutilizar y reciclar
"Menos es más, no hace falta empapelar nuestra casa de verde, rojo y dorado", señala Maite, quien recomienda:
-Reutilizar elementos que tengamos a mano de manera creativa es una buena alternativa.
-Canastos, velas, jarrones, flores, pequeños juguetes y hasta botones, cintas y retazos de tela que vamos coleccionando a lo largo del año, pueden convertirse en grandes inventos decorativos.
-Y también podemos optar por intercambiar con familiares y amigos algunos de los adornos que hace tiempo ya no usamos para renovar nuestro set navideño.
Cómo aplicarlo en la mesa de Navidad
-Si vamos a recibir a mucha gente en nuestra casa, tenemos que evitar los descartables.
-En caso de que no alcance la vajilla, se le puede pedir a los invitados que traigan sus propios vasos y cubiertos.
-Si vamos a optar por comprar productos de un solo uso, mejor que sean biodegradables.
¿Y los regalos? Hay mucho por hacer.
-Primero que nada, podemos jugar al “amigo invisible” para cuidar nuestro bolsillo y al planeta.
-Por otro lado, es importante regalar con propósito y significado, priorizando la calidad sobre la cantidad. Antes de comprar, pensá a conciencia qué está necesitando la otra persona y elegí una opción duradera, amigable con el planeta y que proteja nuestra salud.
-En lo posible evitar regalos que lleven pilas.
-Que los productos que elegimos sean de producción local es importantísimo, de esa manera no solamente reducimos nuestra huella al acortar los traslados innecesarios, sino que también potenciamos la economía local.
-Y una magnífica opción es regalar experiencias, tienen menor costo ambiental y suelen ser de los mejores regalos.
Con todo esto dicho, la especialista observa: "Con algunas pocas consideraciones podemos reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en estas fiestas y así colaborar con la lucha contra el cambio climático".
El ahorro energético es esencial
Con las lucecitas
"¿Hace falta llenar todo de luces de colores?", se pregunta Maite, quien recomienda:
-Si las usás, que sean LED, son más eficientes y duraderas.
-En vez de armar un espectáculo de luces en nuestro living, podemos iluminar de manera más sencilla, en lugares concretos, construyendo un espacio lindo y acogedor.
-Considerá la posibilidad de no tenerlas encendidas todo el tiempo, es totalmente innecesario.
Con la climatización
Para los que somos del hemisferio sur, refrescar los ambientes es esencial. Sin embargo, no hace falta tener el aire prendido constantemente ni ponerlo en 18 grados. Podemos ser previsores y cerrar las cortinas durante el día para que no se concentre el calor en el interior de la casa.
También podemos favorecer la ventilación cruzada abriendo ventanas de manera estratégica, siempre que la brisa no sea caliente. Si usamos el aire acondicionado, la temperatura aconsejada en esta época son 25 grados.
Con la elaboración de la comida
"Elegir un menú mayormente vegetariano es un gran paso. Para producir una caloría de carne se consume 9 veces más energía y 33% más de combustibles fósiles en comparación con una caloría de origen vegetal. Y comprar productos locales y de temporada también nos ayuda a reducir nuestra huella".
Evitar el desperdicio de alimentos es otra forma de colaborar, ya que el proceso de descomposición de la materia orgánica genera GEI. Planificar mejor para no comprar de más es el primer paso. También podemos aplicar la regla de las 3 C:
- Compartir: las sobras con amigos, familiares y vecinos.
- Congelar: todo lo que sea posible para que dure más tiempo.
- Combinar: los restos de comida y reutilizarlos de manera creativa.
Por último, "es un buen momento para fomentar el espíritu solidario de la Navidad y hacer circular juguetes, ropa y otras cosas que ya no necesitemos y estén en buenas condiciones".
"Es importante porque lo que empecemos a hacer en nuestras casas se transforme en hábito, los hábitos de todos se transforman en cultura y las marcas y gobiernos trasladan nuestras necesidades y deseos, basándose en nuestro comportamiento, a la oferta de productos y servicios y la gobernanza en todas sus formas".
*Agradecemos el asesoramiento de Maite Durietz Licenciada en gerenciamiento ambiental, especialista en sustentabilidad y consultora B (@unaovejaverde).
