Gia Carangi, la vida al límite de la primera supermodelo - Revista Para Ti
 

Gia Carangi, la vida al límite de la primera supermodelo

Cuando Gia Carangi estaba en el Olimpo de su carrera algo la detuvo. Una historia que en 1998 tuvo una película protagonizada por Angelina Jolie. El lado B de la primera supermodelo.
Moda
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Si la carrera de una modelo supone una vida sin turbulencias, con maravillosos escenarios, situaciones soñadas llenas de viajes, lugares exóticos y trabajos maravillosos imaginemos la que puede llevar una verdadera supermodelo. La de Gia Carangi fue la excepción. De hecho muchos la llaman la supermodelo olvidada.

Gia Carangi
Gia Carangi, la primera top model


Fue una adolescente bastante rebelde, más de lo habitual, que pasaba más horas de fiesta en boliches gays de Filadelfia que estudiando. Se la podía reconocer como parte de lo que en ese momento se hacían llamar los Bowie Kids, fanáticos del músico que copiaban su manera de vestir con looks muy glam y llenos del estilo del momento. Fue allí donde la adolescente comenzó a consumir drogas.

Gia Carangi
Tenía el potencial para ser una estrella

Un hada madrina llamada Wilhelmina


Su carrera como modelo tuvo el mismo comienzo que el de cualquier otra chica con potencial para ser una estrella: fue fotografiada por Maurice Tennenbaum, un cazatalentos, en una de esas noches de juerga alocada. Días después llegó ante Wilhelmina Cooper, una ex modelo de la agencia Ford que fundó su propia empresa con su nombre. Por aquellos días pertenecer a Wilhelmima Models era una de las mejores cosas que le podía pasar y uno de los caminos para iniciar una carrera exitosa.

Gia Carangi
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Gia Carangi
Gia Carangi


Su potencial era tan grande que todavía no había cumplido los 18 cuando empezó a modelar. Se volvió la obsesión de Wilhelmina quien arriesgó todo por ella, al punto de mentir la edad de la adolescente para que pudiera trabajar. Dicen que Wilhelmina estaba loca con ella. El éxito no se hizo desear y con el parecían quedar atrás esos oscuros días cuando de niña sufrió el abandono de su madre quien la dejó al cuidado de su padre por miedo a morir a golpes. Lo que no previó quizás fue que su ex marido abusó de la joven cuando tenía 5 años. Sus primeros años no fueron fáciles aunque sí la germinación de todos sus problemas. Gia Carangi creció sin disciplina.

Gia Carangi
Gia para la tapa de Vogue


En febrero de 1978, y apenas 6 meses después de haber llegado a Nueva York, ya tenía varias tapas de la revista Cosmopolitan fotografiada por quien también se convirtió en su amigo, el gran Francesco Scavullo, el fotógrafo más requerido del momento. Totalmente amateur y sin experiencia previa modelaba saltando alrededor del Scavullo quien la perseguía sin cansancio. Un cuerpo perfecto y una actitud que la doblaba en altura fueron junto al desenfado y sensualidad salvaje, dos cualidades innatas que la llevaron a ser una número uno.

Gia Carangi
Gia en la última tapa que hizo para Cosmopolitan. Era abril de 1982


Su manager confiaba en Gia, tenía el estilo del momento y a su entender, también el de los próximos años. Ojos vivaces marrones, boca carnosa, una envidiable melena castaña y una piel blanca que desafiaban los estereotipos de aquella época: la modelo rubia y de ojos claros. Por aquellos días, con sus curvas y sus ojos azules, Christie Brinkley era la favorita de todos.

Gia Carangi
En una producción de enero de 1982

En 1981 ya tenía tres tapas de Sports Illustrated y un contrato récord con la firma de cosméticos CogverGirl. De todas maneras lo que más llamaba la atención eran la personalidad, la actitud, la ductilidad, la naturalidad y la desfachatez de la joven Carangi. Una topadora sin demasiada conciencia.

La modelo estaba dotada de una actitud desprejuiciada frente a la cámara y de un allure sexy, salvaje y sensual a niveles pocas veces visto antes. Fue la favorita de revistas, estilistas, fotógrafos y diseñadores, todos querían trabajar con ella. Vogue, Glamour, Cosmopolitan eran las publicaciones que repetían la imagen de la modelo. Gia vestida por Yves Saint Laurent. Gia vestida por Armani. Gia vestida por Versace…. Fueron años donde el teléfono sonaba sin parar, todos querían a Gia, todos querían trabajar con ella, la revelación de la época, la nueva inspiración de todos. La favorita de todos.

Gia Carangi
Gia y su novia Sandy Linter

Por su forma de posar, salvaje e inquieta, Scavullo la llamó un caballo desbocado. Y no se equivocó, Gia era un caballo salvaje y desbocado dentro del set. Y también fuera de él. En una sesión con el fotógrafo Chris Von Wangenheim conoció a la maquilladora Sandy Linter, quien fue el gran amor de su vida. Incluso posaron desnudas en una sesión para la revista Vogue norteamericana. Así comenzaba una nueva etapa donde el éxito profesional se abrazaba al personal. Eran días de trabajo y placer.

La infame década del 80

La glamorosa década estaba en sus inicios. Por aquellos días consumir cocaína era casi un accesorio más, e ir a bailar se consideraba la salida donde el mundo de la moda encontraba su mejor espacio. Eran días de gloria para toda una industria que idolatraba a una de sus mejores repåresentantes. Y aunque su exito era desmesurado también la abrumaba, más de la cuenta.

Gia Carangi
Para Giorgio Armani en 1980

La muerte de la noche a la mañana a causa de un cáncer de pecho de su mecenas Wilhelmina el 1 de marzo de 1980 y la separación de su novia maquilladora fueron los detonantes del comienzo del fin. La supermodelo que parecía tenerlo todo también comenzaba a decaer. La droga volvió a su vida junto con las salidas nocturna que parecía imponer el fashion businesss. Salir a bailar a Studio 54 para snifar cocaína y a The Mudd para inyectársela mezclada con heroína fueron sus programas favoritos en los cuales se evadía.

Asimismo su carrera seguía viento en popa y mientras pudo llevó una doble vida de luz y oscuridad constantes. Tenía 20 años cuando fotografiada una vez más por Scavullo participó en St Barts del editorial más famoso de su carrera. Ese fue también el empujón para descender definitivamente por el tobogán de las adicciones.

El espiral descendente

Ya era un caso perdido cuando fotografió su última tapa para Cosmopolitan: su amigo Francesco Scavullo tuvo que fotografiarla con los brazos hacia atrás para no delatar los pinchazos de su adicción. Eso sí, Gia sonreía como siempre lo hizo. A comienzos de 1983 encabezaba la lista negra de las peores modelos. Los brazos empezaban a mostrar las marcas de los pinchazos de heroína que ocurrían en los baños mientras trabajaba.

Gia Carangi
Para Giorgio Armani en 1980

Se dice que durante una campaña para Gianni Versace con el fotógrafo Richard Avedon dijo que iba a comprar cigarrillos y no volvió mas. Y alguna vez la encontraron dormida con un cigarrillo en la boca quemándole los labios. El teléfono dejó de sonar, nadie quería acordarse de ella.

Gia Carangi
Para Giorgio Armani en 1980

La vida fue una constante degradación. El dinero se acabó y llegó a prostituirse para conseguir drogas. Incluso en aquellas noches perdida a causa de su adicción sufrió abusos sexuales. En 1984 su madre la rescató y la llevó a su Filadelfia natal de donde no salió más. Ese mismo año le diagnosticaron neumonía a causa de estar contagiada de HIV, el virus mortal de la década. Gia Carangi murió el 10 de noviembre de 1986. Tenía 26 años.

Mientras en 1990 Linda Evangelista se daba aires de ser la modelo mejor de la historia y decía que no salía de la cama para trabajar por menos de 10.000 dólares, en los ochenta Gia Carangi cobraba 18.000 dólares por un día de sesión de fotos. Durante los 9 años de carrera la joven Gia vivió absolutamente todo.

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