El lado B de la moda: el vestido de Chanel y otras historias poco conocidas de Karl Lagerfeld - Revista Para Ti
 

El lado B de la moda: el vestido de Chanel y otras historias poco conocidas de Karl Lagerfeld

Para muchos Karl Lagerfeld fue un genio. Para otros, además de un buen couturier, un artesano del marketing que se valió de esa herramienta para hacer crecer las arcas de Chanel, una de las casas de moda más tradicionales de Francia.
Moda
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Sus años en la maison del 31 Rue Cambon de París fueron fructífieros en todos los niveles. Y también escandalosos. Si de escándalos se trata, Karl Lagerfeld fue siempre un experto que de una u otra manera, provocaba.

Era consciente de su poder en la industria de la moda sumado a un ego que lo doblaba en altura. Siempre se sintió en un pedestal. Siempre trabajó para otros (Chloé y Fendi fueron de la partida) y fue también el diseñador que más tiempo estuvo a cargo de una marca que nunca estuvo amenazada por los números en rojo.

KArl Lagerfeld
Karl Lagerfeld

Durante los 33 años que duró su reinado, Chanel nunca vio tambalear su economía, al contrario. Los dividendos, siempre altos, le permitieron hacer y deshacer a su gusto, revivir el mito y posicionarla como la segunda casa de modas francesa más poderosa de Francia. Tan rentable resultó su trabajo que en 2017 logró una facturación de 8.300 millones de euros.

Los dichos siempre complejos. Criticó a sus colegas incluida la mismísima Coco diciendo que “no era lo suficientemente fea como para ser feminista”. Dijo “el jogging es una señal de derrota”, refiriéndose al pantalón de jogging en relación a la tendencia athleisure que dominó la moda. Eso sí, no dudó en presentar una colección de zapatillas de alta costura cuando su amiga personal, la princesa Carolina de Mónaco (y excelente clienta) fue a una gala vestida de Chanel haute couture con zapatillas mientras se recuperaba de una operación de rodillas.

Karl Lagerfeld
Karl Lagerfeld

Sin dudas su mejor frase fue “no me tomen demasiado en serio, tengo los pies en la tierra… pero no en esta tierra” como para justificar sus comentarios siempre polémicos. "Era un hombre muy ingenioso que hacía comentarios escandalosos sobre todo tipo de cosas, y luego a menudo trataba de encubrirlo y explicar que no, no quiso decir eso en absoluto", reflexionó la periodista Suzy Menkes tras su muerte. Porque también ocurrió eso, se tuvo que morir para que muchos de sus cercanos comenzaran a hablar y contar el lado B del diseñador.


De amistades y peleas. Una de las primeras musas del también llamado káiser de la moda fue Ines de la Fressange. Según él la mannequin encarnaba el auténtico espíritu de Mademoiselle Chanel. Así es que de la Fressange fue la primera modelo que en 1983 firmó un contrato exclusivo con Chanel y durante 6 años la relación entre ellos fue in crescendo. Juntos fueron imbatibles. Hasta que un día la fama de la modelo alcanzó un status que al diseñador le molestó: fue elegida para encarnar a Marianne, el símbolo de la república francesa. Se enojó con ella y se acabó lo que se daba. Esa enemistad duró varios años hasta que bajó la guardia y reanudaron la relación cuando en 2019 la invitó a desfilar para Chanel.

Inés de la Fressange y Karl Lagerfeld
Inés de la Fressange y Karl Lagerfeld

Escándalo en la pasarela

Desfile de la colección de prêt-à-porter primavera 2010

El desfile de la colección de prêt-à-porter primavera 2010 tuvo la escenografía bucólica de una campiña francesa del siglo XVIII instalada en el centro del Grand Palais. Una colección con tintes campestres al estilo Chanel by Karl Lagerfeld que terminó con una mége a trois entre las modelos Freja Beha y Lara Stone con Baptiste Giabiconi revolcados mientras la fila de modelos caminaba alrededor dando fin al desfile como si se tratara de un grupo de ávidos voyeuristas.

Freja Beha y Lara Stone con Baptiste Giabiconi

Todo ello al ritmo de Lily Allen cantando en vivo. A primera vista la escena resultaba graciosa hasta que alguien tiró la primera piedra acerca del revolcón del trío sobre la paja y el heno comentando lo que muchos callaban.

Escándalo en la pasarela

Un bordado polémico y una colección desafiante


Hubo un escándalo que si bien no trascendió demasiado tuvo su momento complicado ya que incluyó graves tintes políticos con consecuencias que pudieron ser tema de Estado. El 15 de enero de 1994 en pleno auge de la semana de la moda de alta costura parisina Chanel presentaba la colección couture verano 1994 con un desfile que prometía ser una de las mejores atracciones de la temporada. Y lo fue. Por la pasarela Claudia Schiffer, compatriota y modelo fetiche de Lagerfeld, desfilaba un espectacular modelo en blanco y negro, una falda negra con un corset con bordados en hilos de plata de unos arabescos que destacaba sus dos atributos naturales al ritmo de su simpático caminar. Una primera lectura contaba que se trataba de un poema de amor en memoria de una princesa maharaní bordado en los exclusivos talleres de la Maison Lesage. Pero no, era un versículo del Coran bordado en un vestido de alta costura de Chanel, más precisamente en la abundante pechera de la modelo.

Claudia Schiffer con vestido diseñado por Karl Lagerfeld que provocó el escándalo
Claudia Schiffer con vestido diseñado por Karl Lagerfeld que provocó el escándalo

El vestido que cumplía con todas las normas que impone la Chambre Syndicale de la Mode francesa no lo hacía con las leyes del Coran. Las autoridades religiosas de Indonesia fueron las primeras en advertir el hecho y el escándalo llegó a la Comisión de Asuntos Sociales y Religiosos de Egipto quien invitó a todos los países árabes y musulmanes a boicotear la marca. Incluso Muammar al Gaddafi tomó cartas en el asunto diciendo que se trató de un menosprecio hacia el Corán y una nueva cruzada desde Occidente contra el Islam.

Claudia Schiffer con vestido diseñado por Karl Lagerfeld que provocó el escándalo
Claudia Schiffer con vestido diseñado por Karl Lagerfeld que provocó el escándalo

Los indonesios protestaron no solamente contra Francia y la firma francesa, también arremetieron contra el gobierno alemán. El escándalo era mayor. El propio Lagerfeld mandó quemar el vestido, y los otros dos porque, sí, eran tres vestidos del mismo estilo. “Pido disculpas por tal hecho, ni yo ni quien bordó el versículo conocían el verdadero origen. Me habían dicho que se trataba de un poema de amor en memoria de una princesa maharaní”. El Islam estuvo bordado en los pechos de una mujer. La temporada que Chanel y Lagerfeld desafiaron al Coran quedará como uno de los eventos donde, una vez más, la moda y la política se dieron la mano.

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