Alejandra “Locomotora” Oliveras atraviesa un estado de salud crítico. La ex boxeadora, de 47 años, fue operada de urgencia tras sufrir un ACV y permanece internada en terapia intensiva, según informaron medios nacionales el 17 de julio de 2025. Su situación genera una enorme preocupación entre sus seguidores, colegas y familiares.
Mientras se espera su evolución, muchos recuerdan con admiración la historia de vida de quien supo consagrarse como campeona mundial de boxeo en cinco categorías distintas. En 2022, en una entrevista radial, Oliveras reveló uno de los momentos más duros que vivió fuera del ring, pocos días antes de alcanzar uno de sus mayores logros deportivos.
Locomotora Oliveras: “Encontré a mi marido en la cama con mi hermana”
Durante una charla en el programa Todo Pasa (Radio Urbana Play), conducido por Clemente Cancela, Oliveras contó un episodio desconocido hasta entonces: “Diez días antes de irme a México a pelear por el título del mundo, encontré a mi marido en la cama con mi propia hermana”.
Ese combate fue el 20 de mayo de 2006, cuando se consagró campeona mundial de Peso Supergallo del WBC tras vencer por knock out a Jackie Nava en Tijuana. “Me fui a México con el corazón destrozado. Creo que me vengué con Jackie Nava por lo que me había pasado”, relató entre risas, aunque dejó en claro que fue un momento muy doloroso.
Locomotora: “Dormía en un colchón en el suelo”
Oliveras reveló que entrenaba mientras atravesaba una profunda angustia personal. “Para no llorar, entrenaba, porque sentía que no podía suspender el sueño de mi vida”, contó tras revelar que nunca volvió con su ex. Vivía con lo justo, trabajaba en cinco gimnasios para alimentar a sus hijos y dormía en un colchón en el suelo.
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La bolsa que cobró por ese combate fue de 2.800 dólares y la destinó a equipar su casa. Aunque aseguró que logró perdonar a su ex pareja, aclaró que no hubo vuelta atrás: “Estaba muy enamorada, pero nunca más volví con él”.
Una historia atravesada por la violencia y la superación
Alejandra Oliveras también habló, en otras entrevistas, de su infancia y adolescencia marcadas por la violencia de género. A los 14 años quedó embarazada y comenzó a sufrir agresiones por parte de su primera pareja. “Me pegaba durante el embarazo, lo hizo también después que nació y hasta que me separé”, contó al medio Aires de Santa Fe.
Como no había gimnasios en su pueblo, empezó a entrenarse sola. Hacía sentadillas, abdominales, y practicaba golpes con su propia sombra. Un día, cansada de los abusos, decidió defenderse: “Lo esperé, cerré el puño y le di con toda la fuerza que tenía. Cayó sorprendidísimo al suelo. Agarré a mi bebé, una bolsa de nylon, y me fui. No volví nunca más”.
“La pelea más dura es la vida”
Con su estilo frontal y aguerrido, Oliveras cerró aquella entrevista de 2022 con una reflexión que hoy, en este contexto de salud tan delicado, resuena aún más fuerte: “Los golpes de la vida son peores que los del ring, porque no los esperás. La pelea más dura es la vida, es levantarte todos los días y decir ‘no voy a aflojar’”.
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