"Mis días son raros, la extraño mucho": Arturo Puig, el dolor y la intimidad tras la pérdida de Selva Alemán - Revista Para Ti
 

"Mis días son raros, la extraño mucho": Arturo Puig, el dolor y la intimidad tras la pérdida de Selva Alemán

El actor habló en Intrusos sobre cómo atraviesa su duelo, la mudanza, el desarme de la casa y de la utilería de su padre, y cómo reorganiza su vida tras décadas compartidas con Selva Alemán.
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Han pasado meses desde que Selva Alemán partió, y Arturo Puig atraviesa un duelo profundo y silencioso. En su visita a Intrusos, el actor habló con sinceridad y cercanía sobre cómo reorganiza su vida tras décadas compartidas con la actriz.

Yo vivía con Selva en una casa muy grande, la vendí, compré un departamento y sinceramente ayer recién puse las lámparas. Todo un proceso, ¿no?”, comentó.

La mudanza, la venta de la casa que compartieron durante más de 20 años y la reorganización de recuerdos no fueron tareas sencillas: “Sí, sí, sí, que está llena de recuerdos, por supuesto… ahí vivimos muchos años, muchos años con Selva. Como 20 y pico de años.”

"Desarmar la casa de Selva... Mis hijos me acompañaron mucho. Jimena me ayudó con la ropa porque ella se dedica a hacer desfiles, algunas cosas se vendieron, otras llevaron", declaró.

Arturo también recordó la difícil tarea de desarmar la utilería de su padre, un legado familiar que formaba parte de la historia del teatro argentino: “Fue un momento durísimo… la utilería la había traído mi bisabuelo desde Barcelona, luego siguió mi abuelo, mis padres… era un galpón enorme en Parque Patricios lleno de muebles, armas antiguas, de todo. La gente que iba se quedaba impactada, era muy mágico.”

El actor habló de cómo la transformación de los teatros y el cine moderno hizo que el negocio familiar dejara de funcionar, y cómo él tuvo que tomar decisiones difíciles junto a su padre: “Le dije a mi papá, ‘esto tenemos que venderlo’. Él se resistía porque estaba muy apegado a los elementos, pero si no… ¿qué hacemos?”

Entre la reorganización de la casa, la venta de vestuario y la mudanza, Arturo comparte también la rutina de adaptarse a la soledad y a la vida práctica, algo que nunca había vivido plenamente: “Nunca había vivido solo… no me manejo con homebank, todas las aplicaciones hoy. Pero un amigo de mi hija me está ayudando… de a poco voy pagando las cuentas.”

"Mis días son raros. La extraño mucho. A veces me parece que está. Ahora me stoy ocupando de una serie de cosas que no tenía ni idea... De las compras, abrís la heladera y no hay nada. Generalmente está vacía. De pagar las cuentas, soy un desastre tecnologicamente. Un amigo de mi hija, que es muy experto en eso me está ayudando", aclara.

En cada palabra, se siente la mezcla de nostalgia, amor y adaptación que atraviesa. Un hombre que enfrenta la pérdida de su compañera, reorganiza su vida, y poco a poco aprende a vivir con los recuerdos y la memoria de Selva.

"Cómo vivís el paso del tiempo?", le preguntó Karina Iavicoli. "No tengo otra: es día a día, hora a hora. Salgo a comprar algo, a pasear al perro, y cuando estoy volviendo tengo la sensación de que Selva va a estar. Me voy a dormir y me pasa algo curioso: yo dormía de un lado de la cama y ella del otro, y no puedo ir al lado que ocupaba ella. Sigo durmiendo en mi lugar".

"Selva era el centro de la familia, la que unía a todos, organizada… todo. Ahora que no está, pienso: ¡qué bárbaro! Cuántas cosas hacía ella y que tendría que haber hecho yo y no hice. En la ausencia la valoro más. Es tremenda la ausencia", reflexiona.

Y cerró diciendo: "No hay un solo día que salga a la calle y alguien no me diga: “Fuerza, adelante”".

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