Límites sanos: cómo decir que no sin romper vínculos ni sentir culpa
 

Límites con amor: cómo decir que no sin culpa (y sin romper vínculos)

Límites con amor: cómo decir que no sin culpa (y sin romper vínculos)
Nos cuesta decir que no aunque estemos agotadas. A veces, por miedo a herir, a no ser queridas o por mandatos que arrastramos desde la infancia. Una experta, la doctora Julia Belfer, explica cómo aprender a poner límites desde el cuidado, sin culpa ni resentimientos.

Te pidieron ayuda con el cumpleaños de tu sobrino, pero sabés que no podés: tenés el día lleno y agotador. Sin embargo, la angustia de decir que no y la posible reacción del otro pesan más que tus propias necesidades. Entonces, decís que sí. Automáticamente. Con culpa. Incluso con un dejo de resentimiento.

Algo similar te pasa cuando estás por salir con tu amiga, un plan que venías esperando, pero justo tu hijo rompe en llanto y te pide que te quedes. Aunque tu cuerpo pide un respiro, decidís cancelar para no cargar con la culpa. Una vez más, ignorás lo que necesitás.

Cómo influye nuestra crianza en la dificultad para poner límites

Muchos de nosotros crecimos con frases como “acá se hace lo que yo digo” o “andá a tu cuarto”, donde nuestras emociones no eran validadas. Aprendimos que ser aceptados implicaba callar nuestros deseos y acatar. Esa lógica nos acompaña en la adultez, cuando tomamos decisiones basadas más en la aceptación externa que en el cuidado interno.

Decir que no puede sentirse como una traición, cuando en realidad es todo lo contrario: poner límites es una muestra de amor, tanto hacia el otro como hacia nosotras mismas.

El método L.E.N: una guía para poner límites desde el cuidado

Una herramienta práctica que propone la especialista es el método L.E.N: Límite, Empatía y Necesidad.

L – Límite
Poné el límite con claridad y sin rodeos. Ser directa no es ser agresiva. Ejemplo: “No, hoy no vamos a ir al cumple con los chicos”.

E – Empatía
Reconocé la emoción del otro sin responsabilizarte de ella. “Sé que para vos es importante que estén, te encanta compartir con ellos”.

N – Necesidad
Expresá lo que vos necesitás. “La verdad, necesitamos descansar”.
Este tipo de comunicación ayuda a sostener el vínculo sin anularte.

En la crianza: queremos hijos sanos, no siempre felices

Una frase clave que comparte la especialista es: “Queremos hijos sanos, no felices”. Muchas veces evitamos poner límites por no tolerar el enojo o la tristeza de nuestros hijos. Pero aprender a transitar esas emociones es parte fundamental del desarrollo emocional saludable.

Si el objetivo fuera solo “hacerlo feliz”, podríamos darle lo que quiera (caramelos, pantallas, etc.), pero eso no lo ayuda a crecer ni a desarrollar tolerancia a la frustración. Poner límites también es cuidar.

C.L.A: una fórmula para poner límites con los más chicos

Para la crianza respetuosa, la autora propone el método C.L.A: Conexión, Límite y Aceptación del sentimiento.

C – Conexión
Validá su deseo, aunque no lo cumplas. “Te encanta el chocolate, ¿no? A mí también me pasa”.

L – Límite
Sé clara al marcar el límite. “Pero ahora no se puede comer chocolate”. Y, si es necesario, retiralo del alcance.

A – Aceptación
Aceptá su emoción ante ese límite. “Podés estar enojado. Querías chocolate y no podés comerlo ahora”.
Tu rol es sostener con calma, porque cuando el niño no puede regular, tomará prestada tu tranquilidad. Todos los sentimientos son aceptados. Lo que se limita son las acciones.

Fuente: Dra. Julia Belfer (@drajuliabelfer) Psicología Infantil - Doctora en Psicología Infantil (NSU - USA) y Master en Psicología Infantil (Columbia University - USA).

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