Esta temporada, las novedades de Schiaparelli son en color blanco y negro. Inspirándose en su más reciente colección de Alta Costura para la casa, Danile Roseberry, su director creativo, filtró la colección con trajes de raya diplomática, cuyos puños están rematados con cinco botones dorados en forma de ojo; caftanes gigantes con dibujos de flores y fauna alucinantes o abrigos vestidos de terciopelo.
"La alta costura fue la base de la colección. Esta es la continuación y la realidad", explicó Roseberry.
Se presentaron abrigos de color blancos de lana de oveja que se completaban con corsés de cuero negro; los vestidos se definían con cuellos de pasamanería y ribetes blancos; mientras que los blazers de terciopelo se cerraron con grandes candados dorados.
"Prescindir del color durante una sola temporada ha resultado muy clarificador. Ha permitido centrarse más en la clave de la colección: la sastrería. Algo que también queda claro en las piezas conceptuales. No tener que preocuparse por el color ha sido reconfortante. Despejar el panorama", comentó Roseberry.
Uno de los looks que causó alto impacto fue una pollera blanca balloom con dibujos surrealistas que se combinaba con una polera de tul y gran cinturón con hebilla circular dorada.
"Hemos recreado estos suéteres de jacquard de los inicios de la carrera de Elsa", añadió Daniel, en referencia a una polera ceñida al cuerpo con cuello alto y diseño de teclas de piano.
"Me siento con más confianza y con más agencia para sumergirme en los archivos. Se trata de una recreación bastante directa, ya que quiero que la gente sepa lo ponible que puede ser Elsa", destacó el diseñador.
Los originales estarán en la exposición, titulada Shocking Chic, The Surrealist Worlds of Elsa Schiaparelli, que se inaugurará el 4 de julio.
Para la presentación de este fin de semana, las paredes de la sede de Schiaparelli en la Place Vendome se pintaron de dorado, para exponer mejor una amplia gama de nuevas carteras y zapatos.
"Estamos dando un gran impulso a los accesorios", destacó cerca de cinco variaciones de sus bolsos estampados, de nuevo en blanco y negro.
En otra sala había botas de cuero negro con puntera metálica dorada, zapatos de taco con garras negras o zapatos de tacón de piel de oveja con hebillas doradas. En esta colección hubo menos presencia de objetos y accesorios con formas del cuerpo humano que en las últimas temporadas, ya que el diseñador estadounidense evitó ser repetitivo.
La próxima parada, será el Louvre en París, con la retrospectiva diseñada para expresar el estrecho diálogo entre la moda y el arte, cuya primera progenitora fue Elsa Schiaparelli (1890-1973). Considerar su carrera explorando formas e inspiraciones, con pasión y humor junto a sus amigos artistas, muchos de los cuales la consideraban plenamente una artista: Jean Cocteau, Man Ray, Jean-Michel Frank, Salvador Dalí, Léonor Fini, Meret Oppenheim o Marlene Dietrich, y después sus compañeros de la moda Yves Saint Laurent o Hubert de Givenchy.
Cuando se le preguntó qué pensaría Elsa de su casa hoy en día, Roseberry se mostró reticente: "No tengo ni idea de lo que pensaría. Mucha gente que sigue su trabajo nos ha apoyado tanto, que se puede sentir una conexión. No soy un experto en la obra de Elsa y me encanta su trabajo. Pero no es una carga".