Summer tiene 25 años, es de Cambridge (Reino Unido) y hace 22 que tiene una manía extrema con la comida, ya que solo come nuggets de pollo y papas fritas. A simple vista parece un capricho, pero lo cierto es que tiene una condición médica que explica su peculiar inclinación que la llevó, además, a rechazar mil libras esterlinas en efectivo a cambio de comer una pequeña arveja.
Desde los 3 años de edad, la joven manifiesta este desorden alimenticio: recuerda que lo primero que rechazó fue el puré de papas que le había preparado su mamá. Y, para peor, su condición hace que no pueda estar cerca de frutas y verduras, ya que les dan arcadas.
Lo increíble es que hizo varios tratamientos para vencer este problema, con resultados negativos. Ni la terapia ni la hipnosis surtieron efecto contra su fobia. “Todo lo que como son nuggets de pollo o papas fritas”, explica y luego completa: “No como frutas ni verduras, no recuerdo la última vez que lo hice; he intentado probar frutas y verduras, comer algo de manzana pero físicamente no puedo, no es que no quiera intentarlo”, aclara mientras reconoce lo mal que se siente si consume estos alimentos.
Ni hablar de las complicaciones a nivel social que le trae este trastorno: no puede compartir con sus amigos una reunión donde el menú sea sandwiches o pizza, ni tampoco con su novio -con quien convive- Dean McKnight.
Summer asegura estar sana pese a su limitada dieta que la sume, a la vez, en una gran inestabilidad alimenticia, ya que incluso dejo de comer nuggets durante tres meses al encontrar una pequeña vena de pollo en una de ellas.
Cuál es el trastorno alimenticio de Summer
AFRID es el nombre técnico del trastorno que significa algo cercano a desorden de ingesta alimentaria evitativa o restrictiva. En otras palabras, y acorde a lo que expresan expertos de la clínica Las Condes en Chile, es un síndrome que afecta a la conducta alimenticia y que encuentra similitudes con la bulimia y la anorexia, con la diferencia de que quienes lo padecen son conscientes de que no es correcto comer tan poco y mal.
En cuanto a su tratamiento, las personas diagnosticadas con AFRID requieren de un seguimiento por parte de un equipo interdisciplinario de especialistas. Destacan que no se lo debe confundir con una decisión ideológica, sino con algo involuntario que todavía sigue en estudio.
