El pasado 4 de septiembre murió Giorgio Armani, a los 91 años. Para organizar la última despedida, se organizó una capilla ardiente instalada en el Teatro Armani en Milán donde familiares y amigos se acercaron para rendirle homenaje. En un ambiente solemne, decenas de miles de personas desfilaron en silencio ante su féretro, cubierto de rosas blancas y rodeado por luminarias que creaban una atmósfera de recogimiento.
Entre quienes presentaron sus respetos estuvieron figuras destacadas de la moda, el cine y la política: Donatella Versace, con un ramo de orquídeas blancas; Valeria Mazza, John Elkann, el alcalde de Milán Giuseppe Sala, el director Gabriele Salvatores y otros nombres emblemáticos. También se contaron numerosos admiradores anónimos que esperaron en fila bajo estrictas medidas de respeto y discreción.
Entre quienes presentaron sus respetos estuvieron figuras destacadas de la moda, el cine y la política: Donatella Versace, con un ramo de orquídeas blancas; Valeria Mazza, John Elkann, el alcalde de Milán Giuseppe Sala, el director Gabriele Salvatores y otros nombres emblemáticos. También se contaron numerosos admiradores anónimos que esperaron en fila bajo estrictas medidas de respeto y discreción.
La ciudad de Milán declaró el lunes 8 de septiembre como día de duelo ciudadano, en reconocimiento a la importancia cultural y económica del diseñador. Como señaló el alcalde Sala: "Milán está lleno de señales de Armani; será imposible olvidarlo".
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