Lucila Villar, más conocida como "La Tora", es una de las participantes más llamativas de "Gran Hermano". A pesar de los conflictos que protagonizó en la casa más famosa del país, la concursante fue elegida por el público para regresar al reality.
Los tatuajes que lleva Lucila no pasan desapercibidos, sin embargo hay uno en particular que por su tamaño y diseño captan más la atención. Se trata de una medusa en su brazo que posee un gran significado.
Según la obra literaria "Las Metamorfosis de Ovidio", Medusa era una joven y Poseidón, que siempre estaba a la busca de una nueva mujer, la quería para él. Como suele ocurrir con los dioses, la potestad de este se impuso. Poseidón la atacó y la violó dentro de un templo dedicado a Atenea.
Esta no fue la única desgracia que le ocurrió a Medusa, sino que además de la agresión de Poseidón, este ataque ofendió a Atenea. En consecuencia, la diosa la castigó poniéndole serpientes en lugar de cabello y le otorgó una maldición, la de convertir en piedra a todo aquel al que mirase a los ojos.
En consecuencia, el tatuaje de una Medusa se puede utilizar para simbolizar la fortaleza que construye una mujer después de haber vivido un episodio traumático, caso de las agresiones o abusos sexuales.
Precisamente, La Tora abrió su corazón esta semana en GH y reveló la situación que le tocó vivir a sus 9 años. “A los 9 años sufrí un abuso intrafamiliar. No lo conté hasta que tuve 24 años, para proteger a mi familia y porque me sentía culpable por lo que me había pasado”, contó con lágrimas en los ojos en medio de un juego en el que debía confesar algo que no haya contado hasta el momento.
En ese sentido, profundizó: “En base a ese abuso me junté con las peores personas y las mejores. Tuve un novio que estaba hasta en el paco. Yo estaba en cualquiera. Me logro separar de él y me meto en la noche. Todas las semanas, todos los días en el alcohol, en el sexo fácil. Era como un autocastigo, salía a bailar y me acostaba con quien yo quería”.