Ubicada en Rincón de Milberg en Tigre, la casa de Loli Clement (@loliclement) cuenta con un jardín tropical soñado.
Es por eso que nuestra referente en jardinería Mechi González Prieto (@mechi_deraiz) nos invita a recorrerlo con lujo de detalles en esta nueva edición de #ManualDeJardinería.
Un jardín tropical con invernadero y diferentes sectores
Lugares mágicos si los hay. El jardín de Loli Clement está aprovechado de modo integral y tiene tantos espacios dentro de uno mismo que no podrías aburrirte nunca entre recorrida de plantas, flores, frutales, huerta, invernadero, fogón y mates.
"Originalmente, el jardín era todo pasto con la pendiente natural que llegaba hasta el agua y sauces que tapaban la vista. Lo que hicimos fue despejar la vista en la parte amplia de la laguna y comenzamos a agregar canteros, ya que me encantan porque que tienen camino por los cuales avanzás y podés sumar agapantos o persicarias para que te acompañen en ese trayecto", le cuenta Loli al equipo De Raíz.
Arquitecta, fotógrafa y amante de la jardinería, Loli diseñó dos jardines bien diferentes en un mismo espacio para así aprovechar la diferencia de nivel entre uno y otro. "Corté el terreno y me quedó una especie de triángulo con la curva para generar un espacio de fogón y por otro lado un sector con un jardín mas liberado", cuenta.
Amante del río y de su paisaje circundante, Clement también improvisó una escalera para poder sentarse a tomar mates cerca del agua y rodeada de bellísimas plantas. Allí colocó el sector que funciona como comedor de exterior con mesas y bancos cancheros que acompañan un original estanque realizado con una bañera en desuso.
"Me encanta estar en este lugar cerca del agua para comer. El fogonero que pusimos es la mejor forma de cocinar. Usamos este espacio tanto en verano como en invierno", aseguró la reconocida influencer de deco & lifestyle.
A su vez, Loli tiene un espacio más tradicional dentro de su jardín ya que que ama sus rosales y su huerta además de las flores de semilla.
Y por supuesto que no podía faltar un invernadero. "Fue un caprichito, pero me vino bárbaro. Como esta casa no tenía depósito, agregué uno detrás y aproveché otro rincón para montar un invernadero. Le pedí al herrero que me sume una estructura, tomé los vidrios que saqué de la puerta de entra y así armé el cerramiento", explicó.
