Limpiar las brochas de maquillaje al menos una vez al mes es clave para evitar bacterias y lograr un acabado más profesional. El truco está en usar agua tibia, jabón suave y un accesorio que facilite el secado.
Por qué es tan importante limpiar las brochas
Aunque solemos olvidarlo, las brochas acumulan bacterias, restos de polvo, células muertas y maquillaje. Todo eso termina en tu piel, provocando irritación, puntos negros o incluso brotes de acné. Además, cuando están sucias, los pigmentos no se adhieren bien y el make up pierde intensidad y uniformidad.
Con brochas limpias, en cambio, el maquillaje se aplica de forma más pareja, sin grumos ni pegotes, y se alarga la vida útil de cada accesorio.
Cada cuánto hay que limpiarlas
El ideal es hacerlo una vez a la semana, pero si te da pereza, una vez al mes ya marca la diferencia. Es un hábito sencillo que mejora no solo la calidad del maquillaje, sino también la salud de tu piel.
El paso a paso para una limpieza efectiva
- Prepará un recipiente con agua tibia y unas gotas de jabón específico para brochas o, en su defecto, shampoo suave.
- Mojá levemente la brocha, evitando que el agua toque la parte metálica, ya que puede despegar las cerdas.
- Girarla suavemente sobre una superficie texturada (como una alfombrilla de silicona) ayuda a eliminar restos de maquillaje.
- Enjuagá bien con agua limpia hasta que no queden residuos.
- Escurrí el exceso de agua con una toalla de microfibra.
- Dejá secar las brochas al aire, en posición horizontal, para evitar que el agua dañe el mango.
El truco para que no te dé fiaca
El secreto está en tener a mano un sistema que haga la rutina más intuitiva. Existen bowls limpiadores con soporte de silicona que permiten fregar, enjuagar y secar las brochas en un solo movimiento. Uno de los más prácticos es contar con un bowl limpiador y contenedor (You Are The Princess), que incluye base para apoyar los pinceles y lograr un secado uniforme.
Consejos extra para prolongar su vida útil
- No uses agua muy caliente ni frotes con demasiada fuerza.
- Evitá los productos abrasivos: con jabón suave alcanza.
- Siempre enjuagá bien para que no queden restos.
- Guardalas secas y en un lugar limpio.
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