Las mechas más claras o rojizas le aportan textura visual al pelo y, para que los resultados sean óptimos, es fundamental elegir su tonalidad correcta teniendo en cuenta el color de base y el de la piel.
La idea es obtener un resultado armonioso y natural, que tenga que ver con tu estilo. Para ello, existen diferentes métodos de coloración y también de tonalidades con la que podés darle luz a tu pelo.
De acuerdo a tu estilo y gusto, podés optar por las tonalidades frías, como el rubio platinado o el ceniza. También están los cálidos, como el caramelo, miel, avellana, chocolate. Y los rojizos: canela, caoba, cobrizo y dorado.
Hay varios sistema de coloración que logran el efecto de iluminación del pelo y de textura de una manera muy natural y te contamos cuáles son.
Las mechas melting se hacen apuntando a "fundir" el color de base del pelo con el de la mecha, haciendo que se vaya transformando uno en el otro. Tiene un efecto muy natural y requiere de un gran dominio de la técnica por parte del estilista, que no solo debe conocer los tiempos de exposición del pelo al decolorante, sino saber determinar el tono de la mecha.
Para lograr este efecto, debe evitar -sobre todo- transiciones muy pronunciadas.
Por otro lado, el balayage es un barrido de color de arriba hacia abajo, que aclara progresivamente la melena. Las puntas quedarán más claras que el resto de la melena, como un degradé natural pero pronunciado.
Con las mechas babylight se apunta a emular el reflejo de la luz sobre el pelo, por lo que se hacen tomando pequeñas porciones de pelo, con un tono ligeramente inferior al natural. Como resultado, aportan mucho brillo y luminosidad -sin ser muy evidentes- y son de fácil mantenimiento, porque no llegan a la raíz.
