El aloe vera es una de las plantas medicinales más antiguas y populares del planeta. Muy similar al cactus, es súper resistente y fácil de cuidar, y se puede cultivar tanto en interior como en exterior.
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Características
Proviene del norte del continente africano, esta suculenta cuenta con más de 350 especies y se caracteriza por tener hojas alargadas y carnosas de color verde. De ellas se extrae un gel que contiene un sinfín de propiedades: hidratante, tonificante, cicatrizante, desinfectante, antiinflamatorio, antialérgico, etc. Sin embargo, cada variedad de aloe presenta propiedades diferentes.

Beneficios
- Favorece la cicatrización de heridas y quemaduras
- Calma e hidrata la piel
- Ofrece propiedades antioxidantes
- Reduce los problemas dentales
- Regenera la piel tras la exposición solar
- "Limpia" y mejora la calidad del aire

Floración
El aloe vera florece en verano, cuando haya alcanzado su madurez en el interior (puede tardar hasta 3 años en hacerlo y ahí cuando podremos beneficiarnos de todas sus propiedades).

Variedades más comunes
- Aloe barbadensis: es la planta de aloe vera más popular y utilizada por ser la variedad que más propiedades contiene. En su juventud presenta manchas blancas que luego desaparecen.

- Aloe saponaria: también conocida con el nombre aloe maculata (con manchas) o Pita real, es súper fácil de cuidar y mantener, por eso es muy común encontrarlas en jardines como planta ornamental.

- Aloe arborescens: también llamada planta de pulpo o candelabro, tiene un aspecto bastante diferente ya que, como su nombre vulgar lo indica, tiene forma de pulpo y sus hojas pueden llegar a los 4 metros de altura. Pero lo que hace destacar realmente esta variedad son sus bellísimas flores de color anaranjado.

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Cuidados
- Luz y ubicación: en interior o exterior con buena luz natural. Si bien puede aguantar algunas horas los rayos directos del sol, se recomienda evitarlos, especialmente durante el verano, ya que podrían quemar sus hojas.
- Temperatura: las ideales oscilan entre los 17°C y los 27 °C aproximadamente. Se recomienda evitar las más frías, ya que no resiste muy bien las heladas.
- Riego: al tratarse de una suculenta, su riego debe ser moderado ya que no tolera el exceso de agua y podría causar la pudrición de sus raíces. Lo ideal es regalarla una vez que se compruebe que el sustrato esté completamente seco.
- Sustrato: agradece un suelo fértil y muy bien drenado que evite los encharcamientos.
- Fertilizante: para contribuir a que crezca sana y fuerte, se le puede aplicar fertilizante durante su época de floración -primavera y verano-. Eso sí: debe ser uno específico para plantas crasas o suculentas y siguiendo las recomendaciones de un especialista.

Reproducción
El aloe vera es una de las plantas más fáciles de reproducir. Solo tenés que esperar a que aparezcan los hijuelos de la tierra y, cuando mida unos 20 cm, los vas a cortar con mucho cuidado y luego los vas a colocar en una maceta o el jardín. ¡Así de fácil!
Pero si no querés reproducir tu aloe vera, lo ideal es que cortes esos hijuelos cuando vayan brotando para evitar que robe los nutrientes del sustrato a la planta madre.
