Así funcionan los extraordinarios “ladrillos vivos” que limpian el aire y enfrían las ciudades - Revista Para Ti
 

Así funcionan los extraordinarios “ladrillos vivos” que limpian el aire y enfrían las ciudades

Inspirados en la inteligencia de la naturaleza, en Países Bajos se desarrollaron ladrillos cubiertos de musgo que purifican el aire, reducen el calor y transforman las fachadas en ecosistemas autosustentables. Es una nueva forma de construir más verde y conscientemente, y la buena noticia es que ya está pasando. Mirá de qué se trata.
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En los Países Bajos, la startup neerlandesa Respyre desarrolló una revolucionaria tecnología: ladrillos vivos cubiertos de musgo que purifican el aire, reducen el calor urbano y transforman las fachadas en ecosistemas autosustentables.  

Se trata de una solución innovadora que ya empieza a ser una realidad. 

Los “ladrillos vivos” quieren construir el futuro  

Los “ladrillos vivos” limpian el aire y enfrían las ciudades.
Los “ladrillos vivos” limpian el aire y enfrían las ciudades.

En un mundo donde cada vez más ciudades buscan volverse verdes, saludables y sostenibles, una innovación neerlandesa podría marcar un antes y un después en la arquitectura urbana.  

Se trata de los llamados “ladrillos vivos”, una propuesta revolucionaria que combina diseño, ciencia y naturaleza con un objetivo tan claro como urgente: transformar los edificios en verdaderos pulmones verticales. 

Estos ladrillos, desarrollados por investigadores del startup Respyre y otras firmas experimentales, permiten que el musgo crezca de forma natural sobre superficies tradicionales.  

No solo embellecen las fachadas con un manto verde y esponjoso, sino que también cumplen una función vital: purifican el aire, absorben dióxido de carbono, aíslan térmicamente y refrescan el entorno.  

 transformar los edificios en verdaderos pulmones verticales. 
El plan de Respyre es transformar los edificios en verdaderos pulmones verticales. 

¿El resultado? Ciudades más limpias, frescas y resilientes al cambio climático. 

Ladrillo sobre ladrillo: la solución verde de la arquitectura 

Respyre fue fundada en 2018 por Auke Bleij y un grupo de estudiantes de la Universidad Tecnológica de Delft.
Respyre fue fundada en 2018 por Auke Bleij y un grupo de estudiantes de la Universidad Tecnológica de Delft.

La innovación se basa en una mezcla especial de cemento estimulado que fomenta el crecimiento natural del musgo, combinando materiales reciclados con técnicas de bioingeniería.  

La superficie de estos ladrillos actúa como un sustrato perfecto: retiene humedad, permite la respiración del musgo y genera un hábitat ideal para su desarrollo sin necesidad de riego constante ni electricidad. 

Y lo más interesante es que este cemento también está hecho de musgo. Recolectado de forma sostenible, se seca y se prepara para formar parte del compuesto principal. El resultado es un material biodegradable, renovable y funcional, que al final de su vida útil no genera residuos contaminantes. 

¿Qué es el hormigón bioreceptivo?  

Respyre aseguran que el verdadero protagonista es el hormigón biorreceptivo.
Respyre aseguran que el verdadero protagonista es el hormigón biorreceptivo.

Si bien el musgo es la estrella visible de esta propuesta ecológica, desde Respyre aseguran que el verdadero protagonista, aunque más silencioso, es el hormigón biorreceptivo que hace posible todo lo demás.

Este tipo de hormigón, diseñado específicamente para crear un entorno ideal donde el musgo pueda prosperar, posee cualidades aún más notables: absorbe agua y ayuda a mitigar los efectos de la acumulación en calles, protege la estructura interna del edificio y ofrece una capa extra de aislamiento térmico.

Es un material que trabaja en silencio, colaborando en la creación de una arquitectura más eficiente y resiliente.  

Es una revolución material que promete cambiar la forma en que construimos y cuidamos nuestras ciudades.
Es una revolución material que promete cambiar la forma en que construimos y cuidamos nuestras ciudades.

Además, es un material con un perfil ambiental ejemplar. Su fabricación es 87 % circular, lo que significa que se compone en gran parte de materiales reciclados —incluidos desechos de antiguos vertederos— y con las técnicas más recientes que están desarrollando, apunta a ser carbono negativo. Es decir, no solo evita emitir CO₂, sino que tiene la capacidad de capturar más del que se genera en su proceso de producción.  

Esta mezcla de ingeniería, biología y diseño da lugar a una innovación que va más allá del revestimiento verde: es una revolución material que promete cambiar la forma en que construimos y cuidamos nuestras ciudades. Y aunque por ahora los proyectos más grandes “están saliendo lentamente a la superficie”, según confirman desde Respyre, todo indica que pronto veremos estas tecnologías escalando hacia construcciones cada vez más visibles, ambiciosas y globales. 

Respyre: una empresa inspirada en la naturaleza 

Detrás de esta innovación está Respyre, una empresa neerlandesa fundada en 2018 por Auke Bleij y un grupo de estudiantes de la Universidad Tecnológica de Delft. Su lema lo dice todo: “Climate-adaptive cities by imitating Nature” (“Adaptación climática de las ciudades imitando a la naturaleza”). 

La propuesta de Respyre se basa en los principios de la biomimética, una disciplina que observa cómo la naturaleza resuelve problemas y aplica esos aprendizajes al diseño humano.  

En este caso, la lógica fue simple y poderosa: si el musgo sobrevive en las condiciones más hostiles y además limpia el aire, ¿por qué no diseñar edificios que puedan cultivarlo de forma activa? 

¿Por qué no diseñar edificios que puedan cultivarlo de forma activa? 
¿Por qué no diseñar edificios que puedan cultivarlo de forma activa? 

Este enfoque ha llevado a la empresa a desarrollar un cemento especial que cumple una doble función: por un lado, sirve como elemento estructural y decorativo; por otro, es un soporte vivo que mejora el entorno y promueve la biodiversidad. 

Definitivamente, sus ladrillos verdes van más allá del diseño. Además de su valor estético singular y atractivo, actúan como filtros naturales, capturando dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno y partículas contaminantes presentes en el aire urbano.  

Además, regulan la humedad ambiental, disminuyen el ruido exterior y actúan como aislantes térmicos, refrescando las fachadas mediante evaporación. 

Estudios recientes muestran que estas estructuras pueden almacenar hasta cuatro veces más CO₂ que un árbol y reducir la temperatura de la superficie de los edificios, combatiendo directamente el efecto de “isla de calor” que sufren muchas ciudades. 

¿Algo más? Al atraer insectos polinizadores y microfauna, estos muros vivos también fomentan la biodiversidad urbana, algo esencial en un mundo donde los ecosistemas naturales están cada vez más fragmentados. 

Regulan la humedad ambiental, disminuyen el ruido exterior y actúan como aislantes térmicos.
Regulan la humedad ambiental, disminuyen el ruido exterior y actúan como aislantes térmicos.

Uno de los aspectos más disruptivos de esta tecnología es su impacto en la industria de la construcción. El cemento tradicional, aunque esencial, es responsable de una gran parte de las emisiones globales de carbono y de la extracción masiva de arena de las costas. En cambio, el cemento de Respyre utiliza entre un 85 y un 95 % de materiales reciclados, reduciendo significativamente su huella ecológica. 

A lo largo de su vida útil, este cemento estimulado no solo absorbe CO₂, sino que también ayuda a compensar las emisiones derivadas de otros procesos de construcción. Es un ejemplo claro de cómo el diseño y la tecnología pueden trabajar juntos para crear materiales regenerativos, no solo menos dañinos. 

El cemento de Respyre utiliza entre un 85 y un 95 % de materiales reciclados.
El cemento de Respyre utiliza entre un 85 y un 95 % de materiales reciclados.

Respyre -en 2022, Respyre ganó el Phillips Innovation Award, uno de los premios más importantes del ecosistema emprendedor neerlandés- ya comercializa su cemento de musgo únicamente en los Países Bajos y Bélgica, donde ya se han instalado proyectos piloto en escuelas, edificios residenciales y espacios públicos.

“En Respyre creemos en la inteligencia y resiliencia de la naturaleza. La naturaleza ha perfeccionado sus métodos para mantener la salud del planeta durante miles de millones de años; de nosotros depende imitar sus estructuras lo más fielmente posible para vivir de forma más eficiente, feliz y sostenible”, explican desde su manifiesto. 

Esta visión se alinea con la biomimética, la disciplina que inspira todos sus desarrollos y que propone aprender de los sistemas biológicos para resolver desafíos humanos. Su misión es tan ambiciosa como concreta: facilitar una forma de construir que sea inclusiva con la naturaleza. 

“Nuestro objetivo es abordar los problemas ambientales, urbanos y de salud mediante el uso del musgo en las ciudades y sus alrededores de todo el mundo”, concluyen. 

 
 

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