El invierno está cada vez más cerca y el termómetro, poco a poco, comienza a bajar. Si bien todavía quedan algunos "días cálidos" por delante, es un buen momento para limpiar y dejar a punto el ítem más confortable de la decoración de invierno: la chimenea.
Protagonistas de cualquier ambiente donde se encuentren, son fáciles de limpiar pero hay que hacerlo de forma correcta para mantenerlas en buen estado y evitar posibles obstrucciones en el interior. Por eso acá te contamos cómo hacerlo. ¿Manos a la obra?
Paso a paso: cómo limpiar la chimenea a fondo
1. Usá papel de diario para cubrir los alrededores de la chimenea.
2. Ponete guantes y ropa vieja para hacer la limpieza. No te olvides de utilizar un barbijo para no aspirar las cenizas.
3. Retirá toda la leña que esté a medio quemar.
4. Barré las cenizas con la ayuda de un cepillo y una pala. Asegurate de que no queden restos antes de seguir con el proceso.
5. Deshollina la chimenea. Es decir, quitá del tubo extractor y de las paredes todo el hollín que va quedando con lo usos. En este paso, vas a necesitar un buen cepillo con cerdas metálicas.
6. Limpiá a fondo las paredes, el techo y la base de la chimenea con un cepillo de cerdas fuertes. Cuanta más suciedad retires, ¡mucho mejor!
7. Aplicá un limpiador multiuso apto para chimeneas. Si las manchas son leves, dejalo actuar por 15 minutos. Si son más profundas, podés dejarlo hasta 30.
8. Pasá un trapo húmedo por toda la chimenea y remové toda la suciedad restante.
9. Si todavía quedan algunas manchas rebeldes, podés formar una pasta a base de agua y bicarbonato de sodio, aplicarla durante unos minutos y retirarla con un trapo húmedo.